La historia de Rebeca Mora Monte, de 45 años, dueña del laboratorio costarricense Wimo Cosmetics, tiene un origen muy humano: su esposo, Andrés Wiessel, también de 45, comenzó a perder cabello muy rápido. La caída era tan fuerte que le preocupó.
LEA MÁS: ¿Quiere aprender a hacer bloqueador solar y champú natural? La UNA le enseña cómo
“Mi esposo estaba perdiendo demasiado pelo. Yo trabajo en el mundo de los laboratorios cosméticos, y sabía que había caída por muchas razones: hormonales, como la meno y andropausia, y hasta por el poscovid-19, cuando a muchísima gente se le caía el pelo después de vacunarse”, contó Rebeca.
Ese problema en casa se convirtió en el motor para buscar una solución real, efectiva y natural. Así nació la idea de desarrollar un fortalecedor capilar diferente, respaldado por la ciencia.
Del negocio casero al gran laboratorio
Rebeca comenzó en el 2015 comprando y vendiendo cosméticos. Tres años después ya era fabricante, y para el 2023 dio un paso gigante: compró una planta y un laboratorio nuevo para producir sus propias líneas.
Fue entonces cuando se acercó al Centro de Investigaciones en Productos Naturales (Ciprona) de la Universidad de Costa Rica (UCR) y les planteó la idea: “Ocupo un fortalecedor capilar”. Y la respuesta fue clara: “Sí, se puede”.
Claro, hacer una investigación de ese calibre no era barato. Por eso Rebeca y su equipo se metieron de lleno en el proyecto Hélice-UCR, que recibe fondos de cooperación de Corea del Sur, y que apoya a empresas costarricenses con ideas innovadoras.
Tres fases y una victoria
En la primera fase, Ciprona estudió 15 productos locales para identificar cuál contenía la procianidina B2, un compuesto natural que estimula el crecimiento capilar. Todo el dinero de esa etapa se invirtió en investigación.
LEA MÁS: Ticos cuentan sus historias de caída de pelo a raíz de la pandemia
En la segunda, se realizó la transferencia tecnológica: los científicos enseñaron a extraer el componente del rambután (mamón chino) y la canela.
La tercera fase fue la más dura, porque solo una empresa podía ganar y convertirse en spin-off (un negocio derivado del descubrimiento con la UCR). Rebeca lo logró.
Así nació Prociarica, la gran innovación costarricense que convierte el rambután en un aliado del cabello.
De Sarapiquí al mundo
Para iniciar la producción se compraron 280 kilos de mamones chinos, que se pelaron a mano y también con máquina. Los frutos venían de Sarapiquí y la Zona Sur, y cada cosecha debía analizarse en los laboratorios de la UCR, pues al ser naturales cambian según maduren más o su procedencia, Puntarenas o San Carlos, por ejemplo.
“Esto garantiza que siempre haya respaldo científico detrás de lo que la gente se pone en el cabello”, explicó Rebeca.
De este descubrimiento nacieron tres productos bajo la marca Mowe – Moments of Wellness (Momentos de Bienestar): un champú, un tónico y un tratamiento capilar.
LEA MÁS: La motivadora historia de una mamá joven que vende mamones para pagar su carrera
La ciencia detrás del cabello fuerte
El extracto Prociarica contiene Proantocianidina B2 (PAC-B2), una molécula antioxidante, antiinflamatoria y biocompatible, que logró concentrarse en más de 6 miligramos por gramo de extracto.
Los estudios clínicos demostraron que su aplicación no solo estimula el crecimiento de nuevos cabellos, sino que también prolonga la fase anágena (de crecimiento) del folículo piloso. En otras palabras: el pelo se cae menos y se mantiene más tiempo en la cabeza.
Orgullo tico con sello femenino
Para Rebeca, que el licenciamiento de la UCR haya caído en manos de una mujer empresaria y dueña de una pyme, es un orgullo enorme.
“Este sello institucional nos abre puertas y demuestra que en Costa Rica sí se puede hacer ciencia aplicada a la belleza y el bienestar”, dijo.
LEA MÁS: Sobrevivientes de cáncer de mama decidieron emprender y ahora venderán sus productos
Víctor Vázquez, investigador de Ciprona, explicó que si bien existen productos similares en el mundo, lo novedoso aquí es que se logró a partir del rambután, una fruta tropical abundante en el país. Esto asegura que la producción sea local, sostenible y competitiva.
Ciencia con rostro humano
Hoy, Prociarica no solo representa una innovación científica y empresarial, sino también la historia de una mujer que convirtió la preocupación por la caída de cabello de su esposo en un- producto que puede mejorar la vida de miles de personas.
Con una inversión de 112 mil dólares, financiada en parte por la cooperación coreana, este extracto ya está listo para salir al mercado y poner a Costa Rica en el mapa de la innovación capilar mundial.
Para realizar pedidos puede llamar al 8998-9466 o bien puede comprar directamente ingresando AQUÍ