Jeannette Vargas les devuelve la sonrisa a muchos pacientes que están en quimioterapia en diferentes hospitales del país, con gorritos tejidos con mucho amor y cariño.
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Ella y sus amigas, con quienes forma parte de un lindo grupo de tejido, hacen gorritos para donarlos a centros médicos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) desde el 2019.
Todo inició cuando la esposa de un amigo de Jeannette tenía cáncer y él agradeció a muchas personas en un chat de WhatsApp por haber donado gelatinas para los acompañantes de los pacientes en quimioterapia.
“Ahí fue cuando se alumbró una lucecita. Yo dije: ‘Caramba, nosotras tejemos’. Yo me acuerdo cuando pasaba por los hospitales y sentía el frío que hay en esos salones de quimioterapia. Por razones obvias, se necesita una temperatura muy baja”, dijo.
“Me acuerdo de que veía a los niños y también a los adultos, con sus gorritos tan tristes, tan simples. Entonces, les dije a las muchachas que en ese momento estábamos en el grupo de tejido, que qué les parecía si empezábamos a donar gorritos para todos los salones de quimioterapia”, añadió.
Sus amigas no tardaron en aceptar la propuesta de Jeannette, quien labora como doctora desde hace más de 30 años.
Ella contactó a varias personas de los salones de quimioterapia de diferentes hospitales y se ofreció a donar los gorros. Rápidamente aceptaron su propuesta.
A partir de ese momento, nació “Tejidos Con Hilos De Amor”, cuyo nombre fue elegido por todas las integrantes del grupo. La hija de Jeannette, Sofía Mejías, hizo el bosquejo del logo: un corazón con el nombre y un gorrito encima del lado izquierdo.
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Han tocado diferentes puertas
Desde el 2019, Jeannette y sus amigas, Ana Lucía, Guadalupe, Tatiana y Leda, han donado gorros de diferentes colores y tejidos en varios hospitales.
Por ejemplo, ellas han entregado este hermoso y calientito detalle a los pacientes del Hospital Nacional de Niños, México, el Max Peralta, el Calderón Guardia, al Hospital de la Mujer y otros.
“Hemos dado gorritos adecuadamente lavaditos, en su bolsa plástica, con su sello y muy bien presentados”, dijo la doctora.
Ella comentó que, al principio, había muchas señoras en el grupo de tejido; sin embargo, después de la pandemia del covid-19, tuvieron que abandonarlo.
Actualmente, hay 5 personas, de diferentes profesiones, que dedican su tiempo libre a sacar las lanas y tejer varios gorros para los pacientes.
“Nos quedamos con muy pocas personas, pero ‘Tejidos Con Hilos De Amor’ no ha muerto”, expresó.
Cada lunes se reúnen en el consultorio de Jeannette, ubicado en Desamparados, para tejer juntas cierta cantidad, para luego donarlos y llevar un poco de alegría y calor a los hospitales.
Desde hace 6 años, han regalado más de 240 a los centros médicos.
Para la doctora, es demasiado especial ver cómo se iluminan los rostros de los pacientes al ver los gorritos.
“Es algo tan increíble ver las caritas. Algunos hasta se han puesto a llorar y nos hemos puesto a llorar con los pacientes. También nos hemos puesto a reír”, comentó.
“Muchas de esas personas tratan de ser fuertes con su familia, para que sus seres queridos no se pongan peor. Cuando llega una persona extraña, son más expresivos y agradecen estos detallitos”, agregó.
Los gorritos ayuda a los pacientes a mantenerse calientitos, no solo durante las sesiones de quimioterapia, sino también en los climas fríos y lluviosos.
“Sé que para mucha gente, tal vez, un gorro no significa gran cosa, pero para nosotros es la oportunidad de ofrecer una ayuda a alguien para decir: ‘Estamos con usted’, ‘no está solo’, ‘aquí estamos para apoyarte’”, dijo Jeannette.
El grupo recibe donaciones, como dinero, para comprar lanas. Si usted quiere ayudar, puede contactar a Jeannette al número de teléfono 8874-3667.
También puede seguir a la cuenta de Tejidos Con Hilos De Amor en Facebook.
Dos pasiones en conjunto
Jeannette nos contó que ella tiene dos pasiones: la primera, la medicina, y la segunda, el tejido.
Su amor por el tejido surgió cuando era pequeña. Una prima le enseñó a tejer a los 6 años, desde entonces aprendió diferentes técnicas para elaborar hermosos artículos.
Ella se graduó como doctora en la Universidad de Costa Rica en el año 1987, a sus 22 años. Hizo su servicio social en San Gabriel y Monterrey de Aserrí, donde encontró interés en la consulta externa porque quería dedicarse al paciente, dándole todo el tiempo y atención que necesitaba.
Allí abrió su consultorio, donde atendió a pacientes hasta 1994, cuando se mudó a San Rafael Abajo, donde actualmente tiene su despacho médico.
“La gente es preciosa. La misma gente de San Gabriel que atendía hace tantos años, viene acá. Tengo pacientes desde que estaban chiquititos y ahora ya son mamás. Me gusta lo que hago”, expresó.
Ahora, ella disfruta sus dos pasiones en conjunto, llevándoles gorros tejidos a los pacientes y regalándoles una sonrisa.