Hace un mes, lo que era una noche normal y tranquila para doña Aylín Mata Quesada, se volvió en un estrés puro cuando se dio cuenta que se había perdido de la casa el peluche preferido de su hija Raquel, un adorable perrito que se llama Doggy.
Fue por ahí del 20 de julio que los días y las noches de Raquelita cambiaron. Para ser exactos, la chiquita tiene 34 días de llorar y llorar cuando se va a dormir porque no tiene la compañía de su amado peluchito, el que tenía más de 8 años de acompañarla casi que las 24 horas del día.
El día de la desaparición Raque le pidió a su mamá a Doggy par irse a dormir y la mamá se fue a buscarlo, pero después de revolcar toda la casa, levantar los muebles y casi que levantar las tablas del piso, llegó a donde su hija con la trágica noticia, Doggy se había perdido en alguna calle de San Pedro de San Ramón.
A partir de ese momento la paz de doña Aylín se acabó, también la de casi toda la familia, porque la mamita activó a todos y cada uno de los familiares para que le ayudaran, también a vecinos y amigos, nadie en San Ramón descansa.
Amor a primera vista
“Es que Doggy tiene demasiados años de estar con Raquel, ella sencillamente lo ama. Cuando estaba pequeñita lo escogió ella misma como regalo en un Día del Niño, eso fue amor a primera vista, ella lo vio y se enamoró.
“Creo que lo ama tanto porque tiene un perro de verdad, un doberman pinscher que es del mismo color cafecito de Doggy, este perrito de verdad se llama Dobby y tiene seis años, también lo ama ella, pero es que su peluchue es el que la acompaña por las noches y a todos lados”, nos contó doña Aylín.
No es la primera ocasión que Raquelita sufre por la desaparición de Doggy, el año pasado para las fiestas de San Ramón, se perdió y fue la primera ocasión en que la mamá se dio cuenta del verdadero amor entre peluche e hija.
“Hay una conexión especial entre mi hija y ese peluche, no se trata de dinero, tampoco del tamaño, es que ella lo tiene muy metido en el corazón. En el 2017, cuando ya estaba desesperada de buscar, publiqué un anuncio en Facebook y por dicha apareció, un muchacho de La Paz de San Ramón, oiga un lugar larguísimo, lo tenía y nos hizo el favor de devolvérnoslo… fue un reencuentro precioso”, recordó doña Aylín.
Desesperación total
Como ya otra vez esta mamá poeta pasó la línea de la desesperación, volvió a pedir ayuda en las redes sociales desde hace días, pero todavía nada. En su mensaje de auxilio recuerda que el valor del peluchito es totalmente sentimental.
“Muchos pensarían que es muy tonto lo que voy a publicar, pero por mi hija voy a la luna y me regreso”, justificó la mamá al poner el mensaje que va acompañado con una jugosa recompensa de cinco mil colones, si tomamos en cuenta que eso costó Doggy, entonces vale todo su peso en dinero.
Los tatas de Raquelita han revolcado hasta las piedras en San Ramón pero nada, incluso, viajaron a San José para buscar uno que fuera idéntico, pero no hay en ninguna de las tiendas de todo Chepe, visitaron La Universal, Toys, La Lehmann y cuanta juguetería existe y nada de nada.
Además, Doggy tiene dos señitas muy chiquiticas que Raquelita se las conoce muy bien, así que también eso es una complicación porque nadie le mete gato por liebre.
La salvada es que Raque está aceptando que si Doggy no aparece, podría llegar uno nuevo a la casa, sin embargo, para que ella lo acepte en su cama y en su corazón tiene que ser idéntico a su amado peluchito porque tiene unas orejitas esponjocitas y unos ojos super pispiretos.
Si usted ve a Doggy por algún lugar de San Ramón o Costa Rica, puede enviarnos mensaje a: redaccion@lateja.cr