Doña Marina Quirós es la sobadora oficial de Concepción Abajo de Alajuelita. Este roble de señora cumplió el pasado viernes nada más y nada menos que 104 años.
Por eso este domingo su familión se los celebró con una gran pachanga y un almuerzo.
Cualquiera que tenga malestar de panza en esa comunidad va a dar donde doña Marina para que le quite la pega, pero esta señora también tiene un ojo clínico para darse cuenta si su paciente, en realidad, está embarazada, pues asegura que no le siente las “pelotas” en los brazos.
También receta medicamentos naturales como hojas de manzanilla, raíz de hombre grande o, en última instancia, atol de maicena con almidón de yuca.
Amor de toda una vida
Marina estuvo casada con Gordiano Agüero Zúñiga, dio a luz a 15 hijos y es abuela de 42. Se dedicó a su familia y a cuidar de los hijos.
Dice que, aunque le salieron un montón de novios, el único amor de su vida fue su esposo, quien se le declaró a los 11 años y la convenció de casarse a los 14.
Asegura que el secreto de su eterna juventud es el trabajo, pues ordeñaba vacas y molía en el trapiche.
“En el campo había mucho por hacer, ahora no hago nada porque no puedo”, se quejó, aunque vale resaltar que a pesar de su edad, camina sin necesidad de bastón y hasta se escapa de la casa a donde las vecinas si ve el portón abierto, porque es bien patacaliente.
Doña Marina no se corta el pelo ni usa pantalones “porque eso es ofender a la Virgen”, aseguró.
Su rutina gira entorno a los rezos, ora unas cinco veces al día y tiene el horario medido, no se le pasa uno.
Los domingos despierta temprano a todo el barrio porque escucha la misa de 7 a.m. y como está un poquito sorda, tiene que poner el aparato bastante alto.