Un grupo de ebanistas panameños da los últimos detalles a una magnifica silla de cedro amargo que utilizará el papa Francisco durante su próxima visita a Panamá para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.
El papa estará en Panamá del 23 al 27 de enero para participar en la Jornada. En la catedral metropolitana presidirá una misa y dejará en el altar cuatro reliquias de san Martín de Porres, santa Rosa de Lima, san Óscar Arnulfo Romero y san Juan Pablo II.
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La silla que usará fue construida en el taller de Hernán Guardia, en la comunidad de Los Pozos, a unos 110 kilómetros al oeste de la capital panameña.
Guardia dijo que trabajó con base en un diseño proporcionado por la Iglesia católica. La silla tienen un pórtico en forma triangular en la parte superior del respaldo, lleva abundantes tallados y tiene poco más de dos metros de altura. Faltan detalles como el tapizado en tela blanca y colocarle dos escudos: uno del papa Francisco y otro del Vaticano, a los lados.
Un lindo reto
Para Guardia, de 42 años, elaborar la silla en la que se sentará el papa Francisco y que será mostrada a millones de personas fue un desafío que requirió disciplina y rigurosidad en todo momento. “Uno sabe para quién va a ser la silla, dónde se va a presentar. Prácticamente la va a ver el mundo entero”, afirmó.
“Me lo he tomado de manera sencilla. Es un trabajo más que tenemos que realizar, pero con un significado muy especial”, enfatizó el artesano panameño.
Guardia es conocido porque desde hace muchos años trabaja en las iglesias que están ubicadas en el casco antiguo de la capital, donde repara y elabora mobiliario en madera.
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La silla que utilizará el pontífice fue trasladada a la catedral Santa María la Antigua, en el casco antiguo de la capital, y que será consagrada por el papa Francisco. Costó unos 20.000 dólares (12 millones de colones), de los cuales casi 8.000 (casi 5 millones) fueron de donaciones de residentes del Chorrillo, un barrio humilde de la capital panameña devastado tras la invasión estadounidense de 1989.
La catedral pasó cerrada varios años poeque estaba siendo restaurada. Esos trabajos finalmente concluyeron en diciembre y será abierta tras la consagración del pontífice.
Además de la silla que usará Francisco, en el taller de Guardia se construyeron 200 bancas como parte del mobiliario de la catedral, y que ya están siendo trasladadas poco a poco, así como otras 16 sillas para obispos, la del arzobispo panameño José Domingo Ulloa y otras 24 sillas para sacerdotes. Para ese proyecto, Guardia tuvo que duplicar su personal hasta llegar a 20 artesanos.
Para elaborar la silla del papa se hizo un proceso de selección de madera. “Como se trajo tanta madera para las bancas y las otras sillas, se seleccionó las mejores piezas, las más finas, las más adecuadas” , dijo Guardia. El cedro amargo es una especie abundante en Panamá.