El bullying se convirtió en un problema que se salió de las manos. Cada vez son más los niños del sistema educativo del país, que viven genuinas injusticias por esta despreciable actitud y, todo apunta a que las cosas no van a mejorar.
Para que se haga una idea, según cifras del Ministerio de Educación Pública (MEP) entre el 2022 y el 2025, se recibieron 2.938 reportes por violencia y bullying. De ese total, especificamente, 1.034 son por bullying.
Y lo más triste de todo esto es que detrás de cada una de esas denuncias hay un niño que no entiende por qué está viviendo esto y, unos papás que están desesperados por ayudar a sus pequeños.
En La Teja conversamos con Melissa Artavia, una valiente mamita que decidió no quedarse callada y denunciar los tormentos que vivió su hijo de nueve años en la escuela Misionera Católica Reina de La Paz, en San Antonio de Desamparados.
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Resulta que su hijo tiene autismo y, desde el 2024, ha denunciado que un compañero le hace la vida imposible.
“Me le pegaba, le quitaba sus cosas y se las tiraba. Al ver que la violencia se repetía, asistí muchas veces con la directora académica suplicándole ayuda, pero nada más me decían que entendían la situación”, contó.
La situación llegó a tal punto, que se lo llevaron a la Clínica Marcial Fallas, donde se envió una referencia a la escuela para activar el protocolo antibulying, pero nada sucedió.
“Converse vía telefónica con la mamá del niño y ella me dice que su hijo le dijo que no sabe por qué le pega. Después de eso la violencia cesó un poco, pero nunca se detuvo.
“Al final mi hijo tuvo que defenderse. Este 2025, el mismo compañeró lo pateó y persiguió y le pidió a otros que lo agarraran de los brazos. Mi hijo, asustado, logró soltarse y empujarlos a todos, pero en esa crisis botó un escritorio y los profesores intervinieron”, agregó.
Según nos contó, luego de ese encontronazo, el resto de papás le agarraron miedo a su hijo, al punto que llegaron a firmar cartas calificándolo de amenaza y la escuela le dijo a Melissa que mantener a su hijo era insostenible.
“Me dijeron que esto es un negocio, por lo cual prefieren que se vaya mi hijo y no los demás. Al ver el desprecio, la discriminación y los ataques de nervios de mi hijo, decidí que lo mejor era sacarlo de la escuela”, dijo.
¿Y saben que los más doloroso de todo? Que a pesar de las humillaciones y ataques, su hijo no quería dejar la escuela.
Con permiso de su mamá conversamos con el pequeño y nos contó con sus propias palabras cómo se siente.
“Me siento triste y mal de salir de mi escuela, pero, como te dije, llegó un día en el que me querían hacer daño, me agarraron horrible, yo reaccioné como cualquier otra persona”, nos dijo.
“Yo amaba mi escuela, la amaba aunque pasaran cosas malas”.
En La Teja enviamos una serie de consultas al centro educativo, entre ellas en qué se basaron para solicitar únicamente la salida del niño y si se impuso algún tipo de sanción contra los otros niños que lo molestaban, pero no se obtuvo respuesta.
Preocupación
Algo que enciende las alertas, es que en todos estos años, el bullying ha ido en aumento. Por ejemplo, en 2022 fueron 294 casos, esto aumentó para el 2023, cuando se dieron 388 denuncias.
Para el 2024, bajó un poco a 352 casos, en los primeros seis meses de este 2025, se han reportado 127 denuncias.
En teoría, el MEP tiene la obligación de activar casi que al instante en que recibe una denuncia de este tipo, su protocolo antibullying, el cual tiene ocho puntos:
Comienza con la detección, donde confirman si cumple con las condiciones de bullying: intencionalidad, repetición, desequilibrio de poder y que ocurra entre estudiantes.
Luego se avisa a la dirección, se atiende el caso aplicando medidas para ponerle fin, luego se avisa a las familias de los estudiantes involucrados y se entrevista a cada uno de ellos para conocer sus versiones.
Una vez que se tiene claro qué pasó, se aplican medidas: si no se confirma que hubo bullying, se da un seguimiento preventivo, pero, en caso de que sí lo hubo, se activan medidas de protección.
Durante seis meses se monitorea si las medidas están funcionando y, por mientras, se trabaja en sanar la relación entre los estudiantes.
En el papel suena muy bonito, pero, en la vida real, no se está aplicando.
En La Teja, desde el lunes 23 de junio, tramitamos una serie de consultas al MEP con respecto al aumento en los casos de bullying.
Entre ellas: ¿A qué atribuyen estas cifras tan alarmantes?, ¿Cuáles son las regiones con mayor cantidad de reportes?, así como el tiempo en promedio para resolver estos casos y si están considerando aplicar nuevas medidas para reducir el bullying.
No obstante, al cierre de esta nota, no se obtuvo respuesta.