Flor Arce vive con siete niños, un adulto mayor y una hermana, por lo que cuando alguno en la casa está con diarrea o vómitos se le arma una verdadera tragedia, pues hace falta agua para asear los baños, lavar la ropa o limpiar una vomitada.
“Aquí todo es trágico, cuando hay un virus de diarrea o de vómito es terrible. Descargar el servicio es terrible porque al ratico está sucio de nuevo y son varios niños con el virus. Además, cuando un chiquito se vomita en el piso y hay que lavarlo pero no hay agua es muy feo, así que solo el que lo ha vivido sabe lo que se siente”.
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Por si fuera poco, el adulto mayor es discapacitado y tiene una herida que deben cuidar montones para que no se le haga una infección.
Ella vive en El Progreso y recibe agua de 1 a. m. a 4:30 a. m. y el chorro que llega no alcanza pa' mucho.
“Esta situación se está dando desde hace once años. Me levanto temprano a juntar agua, soy de las que no tiene derecho a bañarse. O se baña uno, o junta agua”.
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Un camión cisterna pasa por la urba, pero lo hace en la mañana cuando realmente, dice, no hace falta que pase.
“Uno ya tiene los baldes llenos, entonces dónde va a recoger uno más agua. Pero ya como a las cuatro de la tarde, cuando se quedó uno sin nada, no aparece. No pasa en la tarde”.
Arce le pide a los tacareños que se pongan la mano en el corazón porque mucha gente en Atenas sufre con la falta de agua.
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“No tenemos agua porque Tacares no nos da, eso es lo que se dice. No sé hasta qué punto será cierto. Las mujeres somos quienes nos levantamos en la madrugada. Yo tengo desgaste de huesos severo, la vejiga baja y ya el doctor me advirtió que no puedo seguir así, pero tengo que recoger agua, alzar baldes pesados. No hay otra forma”.
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