El chisme es uno de los pecados más comunes y más dañinos del ser humano y el papa Francisco ha hecho énfasis en combatirlo, pues ni los mismos sacerdotes se salvan de una lengua venenosa.

Que lo digan los curas nacionales Carlos Abarca y Marvin Benavides quienes reconocieron que como seres humanos han convivido con el murmuro, pese a que no debería existir en una iglesia.

Los sacerdotes tienen contacto en un una iglesia con administrativos y personal de aseo.

El papa se mandó un chiste donde se valió del tema para hacer relucir su sentido del humor, pero también para criticar a quienes andan hablando de los demás.

Contó el santo Pontífice que una señora siempre asistía a misa, pero luego se iba por el vecindario a chismorrear. Así siempre. Una vez, la señora, que desde su ventana podía ver el confesionario, llamó al sacerdote y le dijo que estaba enferma, que si podía llevarle la comunión a la casa porque no podía ir y el padre le dijo: “No se preocupe. Con la lengua larga que tiene usted, desde su ventana llega al tabernáculo”.

Inmediatamente el religioso explicó que es una de las cosas más feas de las comunidades cristianas. “¿Saben que el chisme es terrorismo? ¿Un terrorismo el chisme? Sí, porque un chismoso hace lo mismo que un terrorista: se acerca, habla con uno, bota la bomba del chisme, destruye y se va”.

El padre Carlos comparte la preocupación del papa por los pecados de la lengua y dijo que todas las personas han enfrentado situaciones con chismes y ellos como sacerdotes no están exentos a sufrirlos o a caer en la tentación.

“Somos humanos y tenemos la genética de los españoles, hay una herencia. Es inevitable como seres humanos, hasta en el mismo Vaticano hay. Monseñor José Rafael Quirós nos ha dicho, sepamos callar”, comentó.

También dijo que en los sermones se insiste mucho en el tema con los creyentes, pero que ahora hay un intenso bombardeo con las redes sociales.

El padre Marvin dijo que dentro de la iglesia no debería darse el murmullo, pero reconoce que se da. “Somos seres humanos y todo es posible”, comentó.

Indicó que en una situación de esas, la víctima pierde tanto como quien difunde el chisme, pues la gente empieza a perder confianza en el chismoso.

“Es muy dañino porque toda persona tiene derecho a la buena fama, aunque no la tenga y quien difunde el chisme comete un delito moral”, explicó Benavides.

Duradero

El padre Carlos contó una historia de cómo afecta a una persona algo dicho con mala intención, como un chisme.

“Cuando estaba chiquitillo en 1968, me dijeron que fulano de tal, tal cosa y el efecto es tal que cuando lo veo, recuerdo eso que me dijeron. Es feo que eso ocurra”, dijo.

Además, ambos curas explicaron que con la aparición de las redes sociales, sobretodo Facebook, y la gran facilidad para crear perfiles falsos, el chisme ha cobrado una mayor dimensión y se vuelve peligroso y se difunde con mayor facilidad.

“En un segundo se puede destruir a una persona, pero quizás nunca se pueda resarcir el daño en todo una vida”, dijo el padre Marvin.

De frente

Marielos Hernández

Psicóloga

- ¿Cuánto daño hace el chisme?

Mucho, pero depende del autoestima de cada quien. Entre más jóvenes las víctimas más vulnerables. Hay que educar a que las cosas se dicen directamente.

- Cuando ya un chisme circula, ¿cómo se puede defender uno?

- Hay herramientas legales si uno está siendo atacado y normas sociales. Cuando llega alguien que lo ha difundido, pídale que le diga las cosas de frente, que si no, que ni le hable.

- ¿Las redes sociales han vuelto al chisme más peligroso?

Sí, es como cuando alguien usa tarjetas de crédito y cuando se da cuenta ya está en un lío. Luego se retractan, pero no miden las consecuencias. Las redes son muy peligrosas, deben usarse para otras cosas.