EscucharApenas pone una pata en el suelo, arranca el corre corre. Jack no camina, no trota, ¡vuela por la casa! Este perrito, de apenas 11 meses, es una bolita de energía inagotable que llegó a la vida de la familia Mesén Ávila en Pavas para revolucionarlo todo… y sí, también para dejar juguetes regados por toda la sala, el patio y la cocina.
El peludito es de la raza jack russell terrier y, como buen representante de los suyos, es valiente, curioso, extrovertido, medio bravo y, sobre todo, un compañero fiel.
Lo regalaron cuando era un cachorrito porque su familia humana se iba del país y no podía quedarse con él.
Así fue como encontró su hogar definitivo con doña Gabriela Mesén, quien nos confesó que este pequeño peludo se volvió el alma de la casa.
“Es como tener un kínder completo. Jack tira juguetes por todos lados, muerde las manos con cariño buscando premios y, desde que amanece hasta que cae la noche, está dando guerra… pero es un amor.
“Es un cansancio muy bonito, es como tener tres nietos juntos en versión perruna”, contó entre risas la mamá humana que le tiene un apodo, le dice “mi hermoso DiCaprio”, por lo de Jack, el personaje de Leonardo en Titanic.
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Duke, el hermanito
La casa donde vive Jack no es pequeña ni en espacio ni en amor. Doña Gabriela convive con su hermano mayor, dos hijos y su nieta Jade, de 12 años.
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Esta última es cómplice y compañera de juegos del cachorro. “Para ella es como un hermanito. Juegan, corren, se entretienen. Ella se divierte muchísimo con él”, cuenta la orgullosa “mamá humana”.
Jack tiene un hermanito mayor de cuatro patas, Duke, un zaguatico noble y calmado, rescatado hace ocho años en San José.
“Duke es calladito, tranquilo, y Jack llega a jalarle las orejas... pero Duke solo se le corre. Se quieren mucho, aunque son polos opuestos”.
También vive Michi, un gato anaranjado de cuatro años que observa todo con ese “no me importa” tan gatuno, aunque con su hermanito perruno no hay quien se aburra.
Como un hijo
Doña Gabriela dice que no se imagina la vida sin Jack. “Él vino a alegrarnos. Se convirtió en un hijo más para mí. Nos recibe a todos en el portón, corre cuando siente que alguien ya viene llegando. Si salimos, él se pone triste, no come… y cuando regresamos se nos tira encima de la felicidad”.
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Al principio fue difícil. El primer mes y medio dormía de día y jugaba de noche. Nadie pegaba el ojo. Pero poco a poco se fue adaptando, se ganó a todos y ahora es imposible no adorarlo.
Jack es tan inquieto que no ha podido salir a pasear como los otros perros. ¿El motivo? “¡No acepta ningún collar ni pechera!
“Ni entre dos hemos podido ponérsela. Con solo verla, ladra y se tira encima. Por dicha en el patio tiene suficiente espacio para correr, porque pasa en puro movimiento”, explica doña Gabriela.
Come alimento especial y le encantan las chuleticas para perros. Su juguete favorito es una rueda que tiene amarrada un osito, lo lleva por toda la casa como su tesoro personal.
Un modelo peludo
Además de travieso, Jack tiene alma de influencer: le fascinan las fotos. “Hasta posa. Sabe que lo estamos enfocando y se queda quietito, como si supiera que va a salir guapo”.
Para esta familia tica, Jack no es “una mascota más”. Es alegría en estado puro, una chispa constante de amor. Su energía, su carácter y sus locuras han hecho que cada día sea diferente desde su llegada.
“Los perritos cambian la vida. Nos llenan la casa de amor, de movimiento, de ternura. Jack es mi terremoto, pero es el más lindo del mundo”, concluyó la mamá humana.
Mucha fuerza
Jack russell terrier es una raza original de Inglaterra. Pese a que es un perrito pequeñito tiene mucha fuerza y resistencia. Es perfecto para la cacería porque siempre está alerta, es incansable y muy independiente. Se vuelven excelentes perritos de compañía para personas muy activas.
Los peluditos de esta raza son amigueros, fieles, inteligentes y demasiado activos. Es muy curioso, siempre están alerta y no se arrugan ante perros más grandes por ese carácter que tienen.
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En una casa con hijos son ideales porque son demasiado juguetones.
