Con el amor y la fortaleza de la fe, la mamá y el papá de Joshua, el bebé prematuro de siete días de nacido con COVID-19 que atiende actualmente el Hospital Nacional de Niños, pidieron que el capellán de ese hospital le impartiera el sacramento del bautizo.

Los papás no pudieron estar presentes; sin embargo, lo acompañaron espiritualmente, de acuerdo a lo que explica la Caja Costarricense de Seguro Social.

Joshua sigue luchando bajo el mejor cuidado de los especialistas del centro médico pediátrico. El personal médico a cargo atiende las necesidades propias de su prematuridad.

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Este angelito nació con tan solo 27 semanas de gestación y pesa solo 800 gramos, de ahí que los especialistas no le despeguen el ojo de encima mientras maduran sus pulmoncitos

La doctora Olga Arguedas Arguedas, directora médica del Hospital Nacional de Niños, informó que sigue en cuidados críticos bajo la vigilancia de los neonatólogos, intensivistas, terapistas respiratorios y enfermeras especializadas en neonatología y cuidado intensivo.

De igual manera, la doctora Arguedas comentó que mantienen comunicación diaria con los papás, quienes también han solicitado respeto a su privacidad.

Este bebito, según explicó el propio ministro de Salud, Daniel Salas, fue contagiado de COVID-19 durante la atención del parto y decidieron hacerle la prueba por haber nacido antes de tiempo y por el bajo peso (menos de un kilo), ambos factores de riesgo.

El domingo pasado se supo que está contagiado y el lunes se aclaró que ni la mamá ni familiares del pequeñito presentaban el virus y que él solo había estado (hasta ese día) en el hospital de Liberia, así que la investigación se centra en el personal médico que atendió el nacimiento.

“Las autoridades del hospital de Liberia trabajan para establecer el nexo epidemiológico del menor”, dijo el gerente médico de la Caja, Mario Ruiz.

El menor fue trasladado la mañana de este martes desde Liberia a San José, vía aérea.

Vida eterna

Conversamos con el sacerdote Carlos Abarca, de la iglesia de San Francisco de Dos Ríos, para que nos explicara qué significa este acto religioso y nos explicó que el bautismo se hace para que el niño renazca a la vida eterna y no solo a la vida terrenal que se dio hace una semana.

Cuando le contamos que el nombre que le pusieron es Joshua, de inmediato nos explicó que así se llamaba Jesús.

“Jesús es un nombre masculino español de origen arameo. El nombre que se conoce en la actualidad en dicho idioma es Yeshúa y el significado literal de Jesús es: “salvador”. Es el nombre del que para los cristianos es el Cristo”, explicó el sacerdote.

El padre Abarca aclaró que el bautismo no es una bendición, sino un recibimiento al cuerpo de Cristo, que es aceptado como hijo del Padre por la eternidad.

“Se bautizó en la fe de sus papás y la de los padrinos, pero estoy seguro que este es el cristiano más chiquitico que tenemos”, dijo el padre Abarca.

Eso sí, aclaró también que no hay un tiempo definido para el bautizo de un niño, si bien es cierto, se acostumbra hacer en los primeros meses, puede estar más grandecito.

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“Los padres se comprometen en ese momento a educar a sus hijos cristianamente, por eso se les pregunta si se comprometen a educarlo en la fe para que en este caso Joshua ame a su prójimo ante todas las cosas, como a sí mismo”, agregó el religioso.