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Joven con covid-19: “Cuando vi que casi no podía respirar pensé en la muerte”

José Luis Flores, de solo 26 años y sin factores de riesgo, estuvo conectado a un respirador

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José Luis Flores está librando una fuerte guerra contra el covid-19. Por ser un muchacho de 26 años y no tener factores de riesgo cualquiera pensaría que le sería fácil superar la enfermedad, pero no ha sido así.

Él contó a La Teja como poco a poco se fue complicando su salud hasta que necesitó ser internado y conectado a un respirador.

-¿Cómo empezaron los síntomas?

Empecé a tener molestias en la garganta y el viernes 26 de junio se hicieron más fuertes, así que fui a la clínica Ricardo Jiménez Núñez, en Guadalupe, me revisaron y me dijeron que era una gripe normal, así que me incapacitaron tres días y me mandaron para la casa con medicamentos.

El lunes 29 cuando estaba en el trabajo (lugar que prefirió no revelar) empecé a sentirme mal, tenía escalofríos y me di cuenta de que tenía 38 grados de temperatura, así que me fui de nuevo para la clínica. Me volvieron a revisar y me dijeron que tenía faringitis, por lo que me dieron antibióticos y me mandaron para la casa.

El miércoles 1° de julio me empezó a subir la fiebre bastante, llegué a tener más de 39 grados de temperatura y en la noche me di cuenta de que me estaba fallando el olfato y no me sabía a nada la comida, también sentía ganas de vomitar.

El viernes 3 fui de nuevo a la clínica porque pese al tratamiento los síntomas seguían y ya también me daban ataques de tos cuando respiraba profundo. Me hicieron la prueba de covid y me mandaron para la casa. Pasé un fin de semana complicado, sentía una presión como en las costillas y seguía con la tos seca y las ganas de vomitar.

-¿Cuando le confirmaron que tenía el virus?

El lunes 6 de julio me llamaron y me dijeron que la prueba había dado positiva y yo les dije que estaba teniendo problemas respiratorios y llegaron a valorarme a la casa. Como vieron que me estaba complicando me llevaron al hospital Calderón Guardia y me pusieron oxígeno, ahí pasé la noche.

Al día siguiente me levanté y cuando me iba ir a bañar me quité el oxígeno y no aguanté, tuve que devolverme del baño porque me faltaba el aire. Hasta ese momento me di cuenta de lo mal que estaba, cuando vi que casi no podía respirar pensé en la muerte, recordé la última imagen que vi cuando me sacaron de mi casa: mi mamá llorando y mi hermano muy preocupado por ver cómo estaba yo, sentí miedo de no volverlos a ver.

Los controles masivos en la GAM seguirán por parte de las autoridades de salud

Los médicos me examinaron y decidieron mandarme al CEACO. Llegué ahí el martes en la tarde, me conectaron a un respirador y me pusieron una vía en el pecho para ponerme el plasma convaleciente. Fue complicado verme así, conectado a un montón de máquinas, fue muy incómodo.

El jueves 9 me empecé a sentir mejor, todavía tenía los pulmones inflamados, pero me cambiaron el oxígeno y me pusieron un manguerita más delgada. Ya el viernes empecé a respirar sin oxígeno, aunque todavía con los pulmones inflamados y me mandaron para la casa.

-¿Alguien de su familia se contagió?

Yo vivo con mi mamá, un hermano, una hermana y una hija de ella. A todos les hicieron la prueba y solo la de mi hermana dio positiva, pero ella solo ha tenido síntomas leves, por dicha.

Estuve muy preocupado por mi pareja, tenía miedo de haberla contagiado también a ella, pero gracias a Dios no fue así. Mientras estuve internado pensé mucho en ella, en todos los planes que tenemos y en que era posible que no se llegaran a cumplir por lo que estaba viviendo.

-¿Sabe dónde se pudo haber contagiado?

No tengo idea, en la casa hemos tratado de recordar algún contacto, pero no, aunque siempre he tratado de cuidarme lo más que puedo y seguir las medidas sanitarias debe haber sido en un supermercado o algún lugar así.

-¿Cómo se siente ahora?

Mucho mejor, siento que ya casi estoy recuperado, mi orden sanitaria es hasta el 24 de julio, entonces tengo que ver si ya después de eso puedo volver al trabajo. Estoy muy agradecido con Dios y con los funcionarios de la Caja, la gente critica mucho el sistema de salud, pero yo les debo la vida, sin la Caja no hubiera podido salir de esta porque la verdad no tengo los recursos económicos para ir a un médico privado.

-¿Qué mensaje le da a las personas que aún no se toman en serio la pandemia y siguen de fiesta?

Les pido que reaccionen, esta es una enfermedad muy impredecible. En mi caso no soy hipertenso, no soy diabético, no fumo, no tomo, hago ejercicio y aún así vi la muerte de cerca.

Tenemos que reflexionar sobre cómo estamos manejando la pandemia. Muchas familias están sufriendo y un gran equipo de valientes está trabajando desde los hospitales para cuidarnos, tenemos que valorar todo eso.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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