Andrey Segura es un joven de 24 años que ha vivido un verdadero calvario con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) desde que tuvo un peligroso accidente en el 2022, que lo dejó con una lesión en su pierna.
A pesar de ser una lesión bastante seria, Andrey recibió su cita de evaluación --ni siquiera para ser operado -- hasta el 2027. Sabiendo que el dolor era insoportable, presentó un recurso de amparo ante la Sala Constitucional para que se adelantara su atención.
Y aunque los magistrados le dieron la razón y le giraron una orden a la CCSS para que adelantaran su cita, la Caja ha brillado por su silencio.
Susto
Según nos contó Andrey, él es estudiante de Enseñanza de la Música en la Universidad de Costa Rica (UCR) y como es oriundo de Siquirres, tiene que alquilar un apartamento para asistir a sus clases.
Y fue justamente ahí, en noviembre del 2022, que se llevó el susto de su vida.
“Yo alquilaba cerca de la UCR, en un edificio de tres pisos. En lo que iba bajando las escaleras, me caí y me llevé un golpe tal que no estaba respondiendo”, explicó.
“Me llevaron de emergencia al Calderón Guardia, porque se me había hinchado demasiado la cabeza y me hicieron un TAC para descartar cualquier daño”.
Por dicha, Andrey no sufrió de ningún daño a nivel cerebral, pero eso no significa que haya salido ileso del accidente.
“A pesar de que descartaron daños neuronales, se dieron cuenta que había un problema con mi pierna derecha, no podía moverla, mucho menos caminar.
“La neuróloga me dijo que puede ser un nervio pinchado en la pierna, que eso con cirugía rápido se arregla, pero que ya eso no le correspondía a ella, entonces ahí fue donde, el 8 de octubre del 2022, me hizo la referencia al hospital Tony Facio”.
Y en ese momento comenzó la segunda parte de su calvario, ya que a pesar de ser enviado como “caso prioritario” y de sufrir unos dolores terribles, nadie ha querido verlo.
“Me dieron la cita para el 22 de noviembre del 2027, llevo 3 años esperando y ahora tengo que esperar otros 3 años más, solamente para la cita de evaluación, para ver qué exámenes me mandan hacer y todo lo demás”, denunció.
“Eso dura un tiempo, no es como que me hacen de una vez la operación, tienen que hacerme los exámenes previos y todo lo demás, y eso se lleva ya su tiempillo”.
Deseperado porque este problema lo obligó a poner en pausa sus estudios y a depender económicamente de su familia y su pareja, Andrey presentó un recurso de amparo ante la Sala Constitucional el pasado 6 de junio.
Razón
Para tranquilidad de Araya, el magistrado Fernando Cruz le dio la razón en una sentencia, de la cual este medio tiene copia, en base a dos puntos fundamentales:
Primero, a ojos del magistrado, la Caja violó el derecho fundamental a la salud de Andrey, al no asignarle ninguna cita en más de dos años, a pesar de ser un paciente “prioritario”.
Segundo, la excusa de la falta de especialistas no justifica la inacción, en especial considerando que es una problemática que se sabe desde hace muchos años y que en el pasado se ha condenado como inconstitucional esa excusa.
Con la resolución en mano, no solo se condenó a la CCSS a pagar las costas y eventuales daños y perjuicios, sino que también se remitió una orden directa al departamento de ortopedia del Tony Facio, a darle una cita a Andrey lo antes posible.
Ahora, no se imagina qué fue lo que pasó... ha pasado casi un mes y nada que le dan la cita a Andrey.
“Uno sabe y entiende que las listas de espera han ido aumentando, pero hasta el momento no me han dicho si me la van a cambiar o qué”, cuestionó.
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“No acataron la orden de la Sala y uno llama y llama, y nunca responden”, añadió.
En La Teja le consultamos a la Caja, a través de su departamento de prensa, por qué no se ha acatado la orden de la Sala y si existen planes para adelantar la cita de Andrey, pero al cierre de esta nota, la respuesta seguía en trámite.
Impedimento
Ahora, que la lesión de Andrey no sea de vida o muerte, no significa que no haya tenido un peso en su vida personal, profesional y educativa.
Según nos contó, si bien el pie no se ve hinchado, los dolores son insoportables.
“Ahorita la puedo mover, pero solo si me tomo un medicamento que compro por aparte, porque en la Caja solo me dan acetaminofén”, criticó.
“Si no, tengo que ir cada tres día a que me inyecten del dolor y es mucho el gasto de dinero que he tenido que hacer”.
A grandes rasgos, según explicó Andrey, mensualmente está gastando ₡60.000 solo en medicamentos y, considerando que ahorita está desempleado, está dependiendo al 100% de su familia.
“Gracias a la ayuda de mi mamá y de mi pareja me están comprando el medicamento, pero es muy difícil porque no puedo estar mucho tiempo de pie, no puedo hacer mucha carga y, económicamente, eso afecta mucho a la casa”.
“También sufro de ansiedad y depresión, entonces para mí ha sido un golpe muy grande, donde siento que todo se me está yendo abajo”.
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