Juan Santamaría fue el más buscado durante los desfiles de este 11 de abril por los jóvenes para tomarse un selfi y posiblemente subirlo a Facebook o Instagram
El muchacho disfrutó de la fama que se ganó hace 162 años por quemar el mesón en la Batalla de Rivas y este miércoles cada vez que intentaba unirse al desfile junto a sus compañeros de la escuela Manuela Santamaría Rodríguez, de Desamparados de Alajuela alguien le pedía una foto.
No vaya a a creer que le hablamos del héroe, sino de Carlos Mairena, un estudiante de ese centro educativo que hizo las del Erizo y se robó el show en el desfile.
El joven fue detenido hasta por Sonia Marta Mora, la ministra de Educación Pública, que no pasó por alto el traje de fatiga gris del muchacho y su maquillaje y también le pidió una foto.
Mairena fue de los jóvenes que le dio vida a los tradicionales desfiles alajuelenses, engalanados por quince escuelas y doce colegios. Además, de 28 bandas comunales y una internacional.
El presidente de la República, Luis Guillermo Solís, como es costumbre, asistió a los actos y se mandó fuerte al exaltar el patriotismo a viva voz justo antes de que empezaran los desfiles.
El presi gritó “viva Juan Santamaría”, seguido de un “viva Alajuela” y terminando con un “viva Costa Rica”. Los tres vivas fueron bien recibidos por los alajuelenses que aplaudieron, pero no borró las interrupciones constantes de María Cecilia Castillo, una ciudadana que le reclamó a Solís sobre su gestión, ni la pancartas de la gente de Atenas que fue a clamar por agua, ni a los de Bancrédito que no se quieren quedar sin trabajo.
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Durante el discurso dijo que ahora se debe gobernar de otra manera porque el bipartidismo se acabó.
“Hoy la sociedad costarricense es mucho más plural, y por lo tanto los desafíos de la pluralidad en la política tienen que encontrar en algún momento acomodo en una nueva forma de administrar el poder”, dijo el mandatario.
Solís dejó un arreglo floral, junto con la primera dama, Mercedes Peñas, al pie de la estatua de Juan Santamaría.
Puro color
Las bastoneras, como siempre, se lucieron con sus elegantes trajes y simpatía, pero destacaron las del colegio Redentorista San Alfonso, no solo por su belleza sino por sus trajes y las coreografías.
“Creo que lo más bonito que hay en los desfiles son las bastoneras porque bailan muy bien y demuestran una gran disciplina. Todas son bonitas”, dijo Jordan Vega, un joven que disfrutaba del desfile con unos amigos.
Otro que disfrutó a lo lindo fue el pequeño Carlos Molina, quien bailaba al ritmo de la banda del colegio Gregorio José Ramírez en brazos de su abuelita Gloria Soto.
Casi al lado estaba bailando Jimena Fernández, bastonera de esa institución que le puso sabor al desfile con el buen ritmo que ella y sus compañeras llevaban.
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Pero si ellas llevaban buen ritmo, ni que hablar del buen tiempo que hizo. Ideal, sin sol y con una brisa fresca que cayó como anillo al dedo a estudiantes y asistentes. Más de uno predijo lluvia, pero esta no llegó.