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Kenneth: Un niño ciego demuestra que los límites solo están en la mente

El pequeño de siete años es amante de la música, juega fútbol y anda en bici

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Kenneth Sánchez Valerín, a sus siete años, es todo un guerrero. Él y su gemelo Jeremy nacieron a los seis meses de gestación y desde entonces ha tenido que luchar mucho para acoplarse al mundo.

Él nació más pequeñito que su hermano, por lo que se complicó un poquito más. Entre las dificultades que tuvo en el nacimiento, se le desprendieron las retinas de los dos ojitos, por lo que quedó ciego.

Jeremy y Kenneth son un gran milagro de amor. Foto: Cortesía de Karla Valerín. (Cortesía de Karla Valerín)

Karla Valerín, mamá de los pequeños, cuenta que sufrió mucho porque sus chiquitos estuvieron a punto de morir, varias veces, durante los primeros meses de vida.

“Jeremy estuvo dos meses internado y Kenneth tres. Tuvieron que hacerles transfusiones de sangre, sacarlos de paro varias veces y Kenneth estuvo con oxígeno mucho tiempo hasta que subió de peso y se fortaleció.

“Mis chiquitos son bendiciones para mí y cuando la gente me dice que le pida a Dios que me haga el milagro de curar a Kenneth, yo les digo que ya lo hizo, porque después de haberlo visto tan malito cuando era un bebé y verlo ahora desenvolverse de forma normal, para mí ya es un milagro”, dijo la orgullosa mamá.

Karla asegura que ella y su esposo, Mario Sánchez, le han tratado de dar a Kenneth todas las armas para que lleve una vida plena.

Al pequeño le encanta que lo lleven a andar en bici. Foto: Cortesía de Karla Valerín. (Cortesía de Karla Valerín)

“Yo le digo que ser ciego no tiene porqué impedirle hacer nada, simplemente tiene que aprender a desenvolverse de forma diferente.

“Mis hijos son muy distintos, a Jeremy le encantan los deportes y el baile, mientras que a que Kenneth le gustan más los cuentos, la música, el arte. Tiene una guitarra y la idea es que pronto empiece a recibir lecciones. Un profesor de Heredia, que es no vidente, quiere darle clases. También le gusta mucho pintar, lo hace con texturas para poder identificar las formas”.

El niño es tan talentoso que participó en un concurso de pinturas hecho por la Municipalidad de San José, con una obra llamada “El mundo de Kenneth”.

Aprende rápido

Kenneth es muy despabilado, está yendo a la escuela regular de La Alegría de Orosi, en Cartago, y la maestra dice que le va muy bien porque todo lo entiende rápido.

Los primeros meses de vida de Kenneth fueron muy complicados. Foto: Cortesía de Karla Valerín. (Cortesía de Karla Valerín)

“Está aprendiendo a escribir en braille, el Patronato Nacional de Ciegos nos prestó una máquina que llevamos a la escuela, pero no es fija, quisiéramos comprarle una, pero ahorita la situación económica no nos lo permite.

“El lenguaje es algo complicado porque las vocales y tildadas se escriben distintas a las sin tildar, entre otras muchas diferencias con la escritura que todos conocemos”, explica la mamá.

Doña Karla dice que en la casa tratan de hacerle la vida lo mas fácil a Kenneth, le explican cómo son los alimentos y los objetos, le enseñan cómo huelen y así él va poco a poco aprendiendo a valerse por sí mismo.

“Cuando tiene hambre, por ejemplo, va a la refrigeradora, saca la leche, agarra un vaso y se sirve, él mete un dedito en el vaso y así sabe cuándo dejar de echar leche”.

La mamá del pequeño dice que él se viste solo, ella le acomodó la ropa por gavetas, por lo que él ya sabe dónde están las camisas, los pantalones lagos y cortos, la ropa interior y las pijamas, así va escogiendo lo que quiere.

“Ya sabe identificar cuándo una camisa es caliente por el grosor de la tela, las pijamas también las busca frescas. Lo que sí le cuesta un poco es ponerse las medias y amarrarse los zapatos, pero ya le estamos enseñando”.

Él sueña con aprender a tocar guitarra. Foto: Cortesía de Karla Valerín. (Cortesía de Karla Valerín)

Para la escuela es igual, entre los papás de Kenneth y las maestras tratan de facilitarle las cosas.

“Los lápices de color tienen señas con texturas para que él sepa cuál es cada uno, el rojo tiene un corazón con escarcha y así le vamos poniendo cositas para que él sepa identificarlas”.

Kenneth sabe que los límites existen sólo en la mente, por eso se propuso hacer cosas que, para muchos, serían casi imposibles para alguien con discapacidad visual.

“Él juega bola y anda en bicicleta. Uno va cerca diciéndole hacia dónde ir y él va moviendo la manivela, lo disfruta mucho. Mi hijo me ha demostrado que es capaz de adaptarse a cualquier realidad por difícil que sea, es un triunfador”, expresó.

Los gemelos se aman y se cuidan mucho el uno al otro. Foto: Cortesía de Karla Valerín. (Cortesía de Karla Valerín)

Además de inteligente, Kenneth es muy cariñoso y le pasa diciendo a su familia cuánto la ama.

Al preguntarle al pequeño qué es lo que más le gusta hacer, dijo que tocar la flauta, andar en bici, dormir y jugar bola, porque le gusta mucho el fútbol (es liguista). Además dice que le encanta estar en escenarios.

Karla antes trabajaba, pero como sus hijos ya entraron a la escuela tiene que guiarlos con sus obligaciones.

“Mi esposo es ayudante de construcción y ahora con esto de la pandemia a veces tiene trabajo y a veces no, entonces la situación se nos complica, pero lo importante es que tenemos salud y la bendición de Dios”.

Si usted quiere ayudar a esta familia puede contactar a Karla al teléfono 8632-6843. A ese número también puede hacerle depósitos por medio de Sinpe móvil.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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