Catherine Hettinger es una estadounidense de 60 años y es la mamá del "spinner".
Lo inventó para tratar de interactuar con una hija suya que tenía una enfermedad. Otras fuentes dicen que lo hizo para promover la paz mundial, que lo probó con sus nietas y que lo anduvo vendiendo por todos lados hace más de siete años, pero nadie se lo compraba en grandes cantidades. Cuando pasaron cinco años de que inscribió la patente no tenía los 500 dólares necesarios renovarla así que dejó que se perdiera; ahora el mundo entero hace plata, ella no ve ni un cinco.
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¿Cómo fue que Catherine logró inspirarse para inventar este exitoso juguetito? Ocurrió en un viaje a Israel que realizó para visitar a su hermana. Andando por la calle se encontró con un par de niños que arrojaban piedras a la policía. Viendo que nadie les decía nada, Hettinger comenzó a considerar la idea de un sustituto que, además de entretenerles, les relajara.
“Empezó como una forma de promover la paz, y después continué buscando algo que fuera muy relajante”, comentó esta madre, quien no se agüeva porque las grandes marcas del mundo como Hasbro, a quien ella le tocó la puerta pero le dijo que no, ahora están ganado millones.
“Quizás si fuera algún tipo de producto explotador, como una nueva clase de cigarrillos, y mi principal motivación fuera la de ganar dinero, habría tenido una actitud diferente. Pero, al contrario, estoy emocionada”, explicó al periódico La Nación de Argentina.