Hoy estamos de fiesta, nuestra amada Costa Rica está de cumpleaños, celebramos 202 años de vida independiente.
Tenemos tantas frases que decir con orgullo, como “dichosa la mamá costarricense que sabe que su hijo nunca será soldado”, que somos el país pura vida o presumir porque nos llaman la Suiza centroamericana, pero mucho ojo, porque si no nos ponemos vivos toda esa paz se nos puede escapar.
Lamentablemente esa mamá tica que sabe que su hijo jamás será soldado no puede estar tranquila porque en cualquier momento se lo pueden matar, aunque no ande en malos pasos, porque la violencia en nuestra Suiza centroamericana está desatada, basta con salir a hacer un mandado y te podés topar una balacera, a cualquier hora del día y en cualquier lugar, ya no tiene que ser en la noche y en un barrio conflictivo.
Estamos a nada de romper un triste récord. Estamos a 20 víctimas mortales de alcanzar los 656 asesinatos que ocurrieron en el 2022, no quiero ni pensar con cuántos cerraremos el año tomando en cuenta que históricamente diciembre es uno de los meses más violentos.
Las mamás ticas también saben que sus hijos jamás serán soldados, pero lamentablemente no saben si serán sicarios.
Según el OIJ, un factor para el aumento de homicidios es la incorporación de menores de edad en actividades criminales, quienes llevan un proceso judicial aparte y esto genera que las investigaciones sean más complejas.
En nuestras costas y la capital es donde más sangre se derrama, Limón, San José y Puntarenas son las más violentas, según la estadística judicial.
Ya no somos tan libres.