Sebastián Monge Brenes está todo contento porque el 15 de mayo hará su primera comunión.
Aunque la ilusión que siente es mucha, él está un poco triste porque le hubiera gustado que toda su familia estuviera presente cuando comulgue por primera vez, pero la pandemia no lo va a permitir.
“Cada uno tiene cuatro campos, en mi caso van a ir mis papás, mi madrina y mi tita (abuelita), hubiera querido que también fueran mis hermanas, mis tías y mi abuelo. Me he estado preparando todos los viernes en clases virtuales por Zoom y ya tengo hasta la ropa que me voy a poner”.
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Shirley Brenes, mamá de Sebas, dice que a sus dos hijas mayores ella les celebró la primera comunión con una fiesta bien bonita en un salón y hasta les llevó un payaso, querían que la pasaran superbién por ser un día tan especial en la fe católica.
“La diferencia es bastante grande, con mis hijas hicimos fiestas con muchos familiares y animación, pero con Sebastián es otra cosa por la pandemia, vamos a hacer un cafecito en burbuja para evitar riesgos, sobre todo ahora que los casos de covid-19 han ido en aumento”, dijo.
Para las personas que se dedican a hacer recuerditos y artículos para estas celebraciones la pandemia también los ha golpeado ya que como las actividades son ahora pequeñas venden menos.
Golpe a negocitos
Xiomara Delgado tiene un negocio de recuerdos religiosos y cuenta que en el último año ha caído mucho. Ella vende por medio de la página de Facebook Recuerdos Espirituales.
“Yo vendo denarios, llaveros, candelas, pulseras desde hace cinco años y antes de la pandemia me encargaban entre 50 y 70 recuerditos para una sola primera comunión porque las familias hacían almuerzos a los que invitaban mucha gente, pero ahora ya eso se redujo, ahora me piden entre doce y quince, nada mas. Yo hago lo que me encargan contra pedido para que no se me queden productos acumulados, esas cositas las hago a mano”, contó.
Otros comerciantes que también se han visto golpeados por la crisis económica se esmeran en aprovechar las oportunidades para salir adelante.
Tatiana Reyes se dedica a hacer artículos sublimados, pero en el último año el negocio ha bajado mucho. Por la necesidad de reinventarse decidió hacer mascarillas y tiene unos diseños específicamente para primeras comuniones.
“Tengo en blanco para las niñas y en negro para los chiquitos, aunque ellos también usan las blancas a veces, tengo ilustraciones en dorado y plateado que se ven muy elegantes”.
Los diseños de Tatiana están disponibles en el Facebook Poperos Sublimación y más.
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Julia Quesada es otra comerciante que vio en las mascarillas para primeras comuniones la oportunidad de ganar platica.
“Mis hermanas son las que las hacen y yo me encargo de venderlas, ahorita tenemos tres diseños y lo que nos distingue es que son bordadas. Cuando los papás nos contactan nos dicen que quieren guardar nuestras mascarillas de recuerdo”.
Si usted quiere ver los diseños que ella vende puede entrar al Facebook Julia Quesada Chaves.
Comparten poco
El sacerdote Mario Segura, director nacional de catequesis, dice que las primeras comuniones del año pasado se atrasaron por el asunto del covid-19, pero estas sí se harán en el tiempo debido.
“Se hacen en el tiempo de pascua que ya empezó, la mayoría están previstas para mayo. La preparación de los niños se ha hecho por clases virtuales que no es los mismo que el estar en un aula ya que ahí los catequistas tienen más recursos para explicar los temas a los niños, además, no hay contacto fraterno de unos niños con otros, eso de alguna manera afecta la formación.
“La pandemia ha traído cambios para todos, algunos papás se estresan porque tiene que poner a los chiquitos en la computadora en horarios específicos, otros más bien sienten un alivio porque mientras sus hijos están en la formación ellos hacen tareas en el hogar”.
El religioso dice que aunque se han dado cambios tanto en la catequesis como en las celebraciones propiamente debido a los protocolos que hay que seguir, la devoción y la ilusión de los niños por recibir el cuerpo y la sangre de Cristo siguen intactos.
“Cuando uno va a las primeras comuniones ve a los niños con esa sonrisa y con esa alegría y eso lo llena mucho a uno porque la devoción se mantiene. Es importante inculcar a los pequeños el amor y el respeto a Dios, sobre todo en momentos tan duros para el mundo”, expresó el cura.