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Le contamos la historia de la tica que pudo ser astronauta, pero prefirió hacer una brillante carrera en la NASA como científica

Jeannette Benavides es una de las doce costarricenses que han trabajado en la agencia espacial estadounidense

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Franklin Chang Díaz es el único tico que ha viajado al espacio porque la científica costarricense Jeannette Benavides así lo quiso.

Esta brillante tica hizo todo el proceso para convertirse en una astronauta de primera línea y viajar fuera de nuestro planeta, pero dio un pasito al costado cuando ya había sido seleccionada, le pidió a la NASA que la dejaran desarrollar una carrera científica. Por supuesto que le dijeron que sí ya que tenía todos los estudios y las capacidades necesarias.

Doña Jeannette empezó a trabajar en la NASA en 1986 y se jubiló en el 2006, tras una carrera brillante.

Ella es una de las doce personas costarricenses que han trabajado o trabajan en esa institución estadounidense y cuya historia se relata en el libro ‘Hacia las estrellas: Costa Rica en la NASA’, de los autores Bruce James Callow y Ana Luisa Monge – Naranjo, canadiense y tica respectivamente.

No es tan conocida como Franklin Chang o Sandra Cauffman, pero su trabajo es igual de valioso y demuestra que en Costa Rica hay talento hasta para mandar a las estrellas.

La Teja contactó a Benavides y nos contó que en realidad su sueño era ser científica en la NASA y que lo de ser astronauta nunca fue una obsesión.

“Cuando chica mi sueño era trabajar para la NASA como científica, lo de astronauta era secundario. Parecía un sueño inalcanzable, pero logré lo que quería. Los jóvenes de Costa Rica tienen mucho potencial y deben ponerse metas altas, sean las que sean”, dijo.

Como pasó hace mucho tiempo, doña Jeannette no recuerda en qué consistían las pruebas del proceso de entrenamiento que logró superar.

“Mi hija (Ivania Stack) tenía como cuatro años. Hubiera tenido que irme a Texas (de haber sido astronauta) y no quería separarla de su papá. Mi sueño en realidad no era ser astronauta, sino científica y hacer investigación y sacar mi doctorado en fisicaquímica. Así lo hice, lo de astronauta no lo perseguí”, comentó Benavides.

Finalmente pudo desempeñarse como investigadora y científica, lo que siempre quiso, y realizar una gran carrera en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA).

Ella es contemporánea del astronauta nacional Franklin Chang y en más de una ocasión coincidieron en el Comité de Asesoría del Cenat (Centro Nacional de Alta Tecnología). “Como colega lo admiro y como persona también”, expresó.

Voló alto

Solo lea con atención parte del currículum de esta extraordinaria costarricense.

Fue directora de investigación del Centro Espacial Goddard, en un proyecto que buscaba probar nuevos antibióticos e investigaciones genéticas. Como científica fue parte del equipo del telescopio espacial Hubble, de la misión Cassini – Huygens.

Cuenta, además, entre sus logros: un doctorado, dos patentes que obtuvo para la NASA (por una invención en nanotubos de carbono), el premio Kerley (dado por dicha institución) y una medalla de honor.

Y también, como una jocosidad, tiene un recuerdo de la vez que siendo la única mujer entre 16 personas, puso en su lugar a todos los hombres que había en un proyecto.

“Cuando empecé a trabajar en la NASA, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard, era la única con conocimientos en química. Era joven, de 33 años y tímida, me llamaron a una conferencia para atender un problema de materiales”, cuenta la científica.

“Empezaron a hablar y hablar de cómo resolver el problema, y yo oyendo y pensando: ‘lo que proponen va a hacer el problema peor’. Alzaba la mano para hablar y nadie me ponía atención”, recordó.

Entonces, ya molesta porque no le daban pelota, se levantó y gritó: “Ustedes idiotas, pongan atención y cállense’. Se callaron y expliqué cómo solucionar el problema y por qué pensaban que eran idiotas”.

Las cosas se hicieron como Jeannette había indicado y, desde ese entonces, en las reuniones ya la miraron con otros ojos y siempre le preguntaban que si tenía algo que decir.

Hoy no tiene relación con la NASA como institución, pero sí con colaboradores.

Uno de sus principales intereses es el apoyo a la juventud y a la niñez, su mensaje es no desistir jamás de los sueños. En el libro le dice a los jóvenes: “Se debe tener una idea de lo que se quiere hacer en el futuro. Hay muchas metas que una persona joven quiere lograr. Por ello, debe decidir cuál es la más importante, la que la llena, la que quiere, el sueño de su vida”.

Libro espacial
El libro ‘Hacia las estrellas: Costa Rica en la NASA’ fue escrito por el canadiense Bruce James Callos y la costarricense Ana Lucía Monge - Naranjo y cuentan las historias de los ticos que han dejado huella en la agencia espacial.
Fue presentado para la feria del libro. En los textos están incluidos los dos costarricenses más famosos que laboran en ese lugar, Franklin Chang y Sandra Cauffman, pero las vidas de los demás costarricenses están contadas con sencillez y siempre dejan una enseñanza.
Las demás historias que puede encontrar son las de: Víctor Mora, Alex Mora, Joe Mora, Joaquín Chaves, Fernando Zumbado, Andrés Mora, Marco Antonio Gómez, Jonathan Kolbeck y Alfredo Valverde.

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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