A los indígenas de los territorios de Talamanca les pegaron un garrotazo en el pasaje de bus de padre y madre.
La tarifa que aumentó es la de Bribrí – Suretka – Shiroles, que pasó de ¢550 a ¢1360.
Ante semejante subonazo, la comunidad está ejerciendo medidas de presión como el bloqueo de las calles (una ruta nacional y otra municipal) para que den marcha atrás en la resolución.
Emanuel Buitrago, vicepresidente de la Asociación de Territorios Indígenas Bribrí Talamanca, explicó que la comunidad no puede afrontar ese aumento desproporcional.
“Tienen que tomar en cuenta que Talamanca está en la posición ochenta (de 82 cantones) en condiciones de pobreza, en oportunidades. No estamos en capacidad de asumir eso, por eso la comunidad decidió tirarse a las calles para ver qué procesos se concretan con las autoridades”, dijo Buitrago.
La empresa Autontransporte Ruta Setecientos Diez solicitó a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) un aumento en la tarifa, de ¢550 a ¢950.
Ya ese ajuste era un bombazo para la comunidad, por eso 120 personas fueron a la audiencia pública y expusieron sus razones para que no les aplicaran esa alza.
Sin embargo, la Aresep se ajustó de forma estricta a la norma técnica para realizar el ajuste y la sorpresa para todos fue que el resultado fue superior al aumento solicitado por la empresa.
Por eso los indígenas pegaron el grito al cielo.
Manuel Vega, del Consejo de Transporte Público (CTP) dijo que en el procedimiento de la Aresep no existió ninguna anomalía, pero que los acuerdos tomados, no se pueden revertir.
Dijo que la empresa autobusera está dispuesta a reunirse con la comunidad para buscar alguna solución. Esa reunión podría darse este viernes.
Pero la solución no es sencilla. Ya están contra tiempo para hacer una nueva revisión de conteo de usuarios, ya porque las clases van a salir y la ruta opera con normalidad con todos esos usuarios.
Si lo hacen sin estudiantes, por ejemplo, pueden salir más perjudicados. Habría que esperar hasta febrero, cuando vuelvan a tener soluciones normales.
Entonces, puede haber un acuerdo para que la empresa acepte rebajar la tarifa mientras eso sucede para ayudar a la comunidad. Vega dice que están dispuestos a hacerlo. La Teja no pudo hablar con ningún representante de la autobusera.
“Es una zona reprimida. Las carreteras no son las mejores, son de lastre, en algunos puntos deben pasar por riachuelos y al operador le cuesta mucho, hizo un esfuerzo para mejorar los buses, pero el modelo tarifario, a como está establecido, dio un resultado inesperado”, dice Vega.
Don Manuel dijo que los diputados deben aprobar algún tipo de ley para que se den excepciones en el modo para establecer las tarifas en algunos lugares con condiciones normales.