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Mamá de 14 hijos pasó 11 años y dos meses embarazada: “Si volviera a nacer hasta tendría más”

Profundamente católica, esta sancarleña de 54 años nunca planificó: “Decidimos que se haría la voluntad de Dios”

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En un país donde cada vez más familias optan por tener un solo hijo o ninguno, Marianela Carvajal Blanco, vecina de Viento Fresco de Aguas Zarcas, San Carlos, nadó contra la corriente.

A sus 54 años, es madre de 14 hijos vivos (nueve hombres y cinco mujeres) y todavía se le iluminan los ojos al hablar de ellos.

Marianela Carvajal, de Aguas Zarcas, San Carlos, celebró el Día de la Madre rodeada de sus 14 bendiciones, todas vivas y unidas.
Mamá de 14 hijos: “Si volviera a nacer hasta tendría más hijos porque son una bendición de Dios”. (Cortesía/Cortesía)

El primero nació cuando tenía 20 años y el último a los 43. En total, pasó 11 años y dos meses y medio de su vida embarazada, y asegura que repetiría la experiencia sin dudarlo. “Ser mamá de 14 hijos es la bendición más grande que Dios me ha dado.

“Me siento elegida para esta misión”, dice con esa calma que solo tienen las mujeres que han criado con amor y paciencia.

Cuando la familia empezó a crecer, no faltaron las opiniones.

“Nos trataban de irresponsables, decían que cómo íbamos a criar tantos, pero con el tiempo esas críticas se transformaron en admiración. Ahora me dicen que les habría encantado tener una familia así”.

Marianela Carvajal, de Aguas Zarcas, San Carlos, celebró el Día de la Madre rodeada de sus 14 bendiciones, todas vivas y unidas.
Cuando se unen para hacerse pijamas iguales en Navidad, el asunto es bien serio y grande. (Cortesía/Cortesía)

En casa, todos sabían que había que colaborar.

“Yo hacía, ellos se servían y corrían. Por eso ahora todos cocinan”.

Preparar desayunos era un maratón: mínimo 30 tortillas gigantes palmeadas para acompañar con huevo o natilla. “Las hacía enormes para ver si con una los llenaba… pero qué va, nunca era suficiente”.

La rutina comenzaba a las 4:30 a. m., primero alistando a los que iban al colegio y luego a los de la escuela. Marianela siempre terminaba desayunando sola, ya cuando todos habían salido. “Y a mi esposo también había que despacharlo con desayuno”.

Marianela y su esposo, Eddy Vicente Estrada, empezaron en una casita de bono con tres cuartos. Con esfuerzo y fe, la fueron agrandando hasta tener siete habitaciones, con camarotes y camas matrimoniales.

“A veces dormían tres en un cuarto, pero siempre había espacio para todos”.

Marianela Carvajal, de Aguas Zarcas, San Carlos, celebró el Día de la Madre rodeada de sus 14 bendiciones, todas vivas y unidas.
Celebración en la playa y póngase a contar gente por puños. (Cortesía/Cortesía)

Para las actividades escolares, corría de un lado a otro: abanderados, porristas, banda, faroles hechos con material reciclado.

“Sino salían carísimos los faroles comprados. Siempre inventábamos, porque con tantos hijos había que ser creativa”.

Profundamente católicos, nunca planificaron.

“Decidimos que se haría la voluntad de Dios. Cada hijo trae su bendición: uno trajo casa, otro el carro, otro un nuevo trabajo para mi esposo… Ninguno ha dejado de estudiar por falta de posibilidades y no sé cómo, solo que Dios nos ha bendecido”.

Incluso las enfermedades se enfrentaban en equipo. Una vez, a los siete mayores, cuando solo habían 7, les dio varicela al mismo tiempo. “A pura calamina y ‘rásqueme aquí, mami’, fue una semana encerrados, todos lloraban al mismo tiempo, tremendo, pero se superó”.

De sus hijos aprendió paciencia, tolerancia y a escuchar antes de juzgar. “Uno llegaba llorando que fulano le pegó, y yo ya iba a regañar, pero tal vez el otro tenía una pedrada en la frente. Aprendí a escuchar las dos partes”.

Marianela Carvajal, de Aguas Zarcas, San Carlos, celebró el Día de la Madre rodeada de sus 14 bendiciones, todas vivas y unidas.
Doña Marianela y don Eddy son muy felices con sus 14 hijos. (Cortesía/Cortesía)

También tuvo sustos, como con el embarazo 13, cuando su hijo Ismael nació sin signos vitales y lo revivieron.

“Eso me golpeó demasiado, fueron instante durísimos hasta que lo revivieron. Gracias a Dios todos han sido muy sanos”.

Hoy ya tiene hijos profesionales, uno en el seminario para sacerdote y una futbolista en Rusia. En casa aún viven nueve, y sueña con tener nietos.

“El Día del Padre mi esposo los amenazó, les dijo: ‘Si no me traen un nieto antes de diciembre, embarazo a su mamá’”, cuenta entre risas.

Aunque extraña la presencia de un bebé en casa, Marianela siente que cerró un ciclo. “Ya solita se secó la mata.

“Entiendo que Dios me dio una misión para 14 hijos y ya cumplí ese mandato de Dios”, dice. Para ella, lo más valioso no son los regalos que recibe cada 15 de agosto, sino cada uno de sus hijos.

“Si volviera a nacer hasta tendría más hijos, porque son una bendición de Dios. No ha sido fácil, vivimos momentos duros, pero es lindísimo.

“Tener hijos es tener una familia que siempre te acompaña, que se ayuda y que celebra junta. Eso no tiene precio”.

Este Día de la Madre, su casa estuvo llena de voces, risas, abrazos y tortillas calientes. Y Marianela, en medio de todos, seguirá sintiéndose la mujer más bendecida del mundo.

Marianela Carvajal, de Aguas Zarcas, San Carlos, celebró el Día de la Madre rodeada de sus 14 bendiciones, todas vivas y unidas.
Véalos bien catrineados para una boda. Entre esposas, novias y nietos, el asunto crece constantemente. (Cortesía/Cortesía)

Nos deja una última frase: “La familia es la base de nuestra vida, donde hemos aprendido a servir, compartir y amar incondicionalmente”.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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