Doña Mirna Saravia es una salvadoreña que dejó su país hace 24 años para construir una nueva vida en Alajuela, donde se casó, tuvo hijos y hoy se siente una tica más.
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Tras sufrir violencia doméstica, decidió irse a vivir a Guanacaste en busca de un otro nuevo comienzo. Actualmente vive en Nandayure, un lugar que describe como tranquilo, seguro y cercano a su hogar y a sus hijos, pues tiene una niña de 11 años y un joven de 18.
Doña Mirna buscó la forma de sacar adelante a su familia y utilizar el talento que tiene en sus manos y fue así como le dio vida a su proyecto: Míreme Joyería Artesanal.
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“Creo que es algo que traíamos en la sangre, que nos gusta mucho lo que es crear y descubrí que podía hacer cosas que podían ayudarme a salir adelante y fue como empecé a trabajar los alambres con ideas muy mías. Nunca recibí cursos, nunca me preparé ni estudié para eso y fue muy aceptado mi trabajo.
“Empecé a trabajar cobres pensando en la mujer, porque es el público al que más le vendo”, nos contó doña Mirna.
Con el tiempo, dejó el cobre y apostó por el acero inoxidable, un material que importa del extranjero y que fusiona con piedras naturales.
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“Vi que el producto era muy bueno porque no se oxida y es antialérgico y ya tengo prácticamente diez años de trabajar en esto”, agregó.
Doña Mirna elabora a mano pulseras, anillos, collares y dijes, todos en acero inoxidable. Incluso hay clientes que le llevan sus propias piedras para que les haga piezas personalizadas.
Suele vender sus creaciones en el parque Carmona, los lunes, miércoles y viernes, en un horario de 8 a.m. a 2 p.m. Además, tiene su propio taller en casa y una página en Facebook llamada Míreme Joyería Artesanal, donde expone su arte.