Tatiana Eduarte, de 29 años, se pasó a vivir a Desamparados hace ocho meses y la madrugada del lunes le tocó vivir una experiencia complicada.
Ardía en calentura y el dolor en la parte baja del estómago y la espalda no la dejaba ni enderezarse para caminar.
Los malestares los sentía desde días atrás, pero eran leves y no les prestó importancia. El domingo empezaron a ser más fuertes y se agravaron la madrugada del lunes, la temperatura le subió a 39,5 grados, por lo que en su casa dedicieron llevarla a la clínica Marcial Fallas, donde --según Tatiana-- siguió su suplicio.
“Llegué pasada la una de la madrugada y me tuvieron que alzar para ponerme en la silla de ruedas porque no podía caminar del dolor, pese a eso no me dejaron entrar acompañada aunque vi que a otros pacientes sí se los permitieron”, afirma.
Luego, al llegar el turno de que la revisaran habría ocurrido que --según su versión-- tanto la enfermera como el médico, quienes se negaron a brindarle sus nombres, la atendieron de mala gana.
“Como casi no había gente me pasaron de una vez, pero a la hora de atenderme, me preguntaron qué tenía y de una me dieron una receta para farmacia, me dijeron que fuera ahí y listo. No me midieron la temperatura ni me mandaron examen de orina, nada”, sostiene.
Al ver lo mal que estaba por el dolor y que no podía movilizarse sola, la acompañante de otra paciente se apiadó de ella y la llevó hasta la farmacia y la esperó.
“Me dejaron ahí y casi me descompongo porque tenía demasiada fiebre. Los guardas fueron los que me terminaron dando una toalla con alcohol para que la oliera y no me desmayara”, continuó.
Agregó que pidió que la revisaran bien y que la mandaron para la casa.
Otra cosa
Ya que salió igual a como entró de la clínica desamparadeña, Tatiana decidió irse para la clínica Clorito Picado, en Cinco Esquinas de Tibás, donde le correspondía atención cuando vivía en León XIII, antes de pasarse, y dice que fue totalmente distinto.
“Ahí sí me tomaron los signos vitales, me midieron la temperatura y me mandaron exámenes de orina y resultó que tengo una fuerte infección, que está muy activa y la estoy pasando muy mal. No me baja la fiebre y tengo que esperar en Dios que me haga efecto el tratamiento que me enviaron”, explicó..
La Teja pidió la posición de la Caja sobre la denuncia que ha hecho Tatiana; sin embargo, al cierre de edición solo habían respondido que “la Dirección estaba indagando lo expuesto para poder brindar una respuesta”.
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