Roberto Navas nació en Juigalpa, Chontales, Nicaragua, y hasta hace nueve años su vida giraba en torno a la ingeniería en zootecnia, carrera que estudiaba y que trata sobre el manejo de animales y suelos.
Sin embargo, el estallido social del 2018 cambió sus planes drásticamente, y lo hizo tomar la decisión de venirse para Costa Rica, donde inició una nueva vida.
Llegó solo, aunque con el apoyo fundamental de su hermana, quien ya trabajaba en suelo costarricense.
“Fue una de las cosas más duras... dejar toda la vida de uno, la familia, el estudio, los amigos y llegar a un lugar donde no se conoce nada para empezar una nueva vida. Gracias a Dios, aquí tenía a mi hermana, quien fue un enorme apoyo en ese momento y aún lo sigue siendo”, confiesa sobre su proceso de acoplamiento.
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Entre el Mercado Borbón y el llamado de Dios
En sus nueve años en Costa Rica, Roberto ha sido un ejemplo de esfuerzo. Trabajó en una tienda durante más de un año y luego emprendió con su propio negocio de venta de verduras en el Mercado del Borbón.
Sin embargo, en su vida pasó algo que cambió por completo sus planes.
“Al llegar a Costa Rica busqué una iglesia para congregarme y me fui involucrando cada vez más hasta que sentí el llamado de Dios al sacerdocio.
“Debido a eso tomé la decisión de dejar mi negocio del mercado para hacer las pruebas necesarias e ingresar al seminario. Mientras tanto, me dijo mi hermana que podía ayudarle en la tienda que ella tiene en San José”, relató.
Su condición migratoria es un obstáculo
Roberto realizó los procesos vocacionales y los resultados fueron positivos; no obstante, su entrada al seminario se ha visto frenada temporalmente por su situación migratoria, la cual aún no está completamente solucionada.
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A pesar de esto, no desiste y cuenta con el apoyo de su guía espiritual para intentar retomar el proceso el próximo año.
“Yo me quisiera ver como sacerdote, pero ya eso es una voluntad de Dios. De momento, el proceso para entrar en el seminario está en espera mientras me regularizo; ya estamos haciendo los trámites y me están ayudando con eso, esperemos que todo salga bien”.
Sentimientos divididos en Navidad
Como muchos nicaragüenses, Roberto vive estas fechas con nostalgia. Este año fue parte de la celebración de la Purísima (la Inmaculada Concepción de María) en la filial de Los Anonos, en Escazú, donde se vivieron momentos de mucha fe y fraternidad.
Compartieron oraciones, alimentos y, durante la novena, muchos nicaragüenses que viven en esa zona se sintieron como en su tierra natal; incluso celebraron la tradicional gritería.
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Este año él tiene la bendición especial de tener a su mamá de visita. Ella es maestra en Nicaragua y llegó hace pocos días para pasar las fiestas y en los primeros días de enero regresará a su país.
Pero la alegría de disfrutar las fiestas con ella no es completa: su papá se quedó en Nicaragua, lo que genera “sentimientos divididos” en su corazón.
“Mi hermana y yo estamos felices porque tenemos aquí a mi mamá, pero sentimos un vacío porque mi papá se quedó en Nicaragua, la familia no está completa y eso nos duele”, relató.
Duele ver tanta violencia
Roberto es un hombre de fe y una de las cosas que lo hacen reflexionar y orar es la ola de violencia que vive Costa Rica.
Cuando él llegó al país, la situación era diferente, había paz y tranquilidad, pero ahora le duele ver cómo cada día aumentan la violencia, el narcotráfico y los homicidios.
“La violencia aquí en Costa Rica dio un giro tremendo y ver esos cambios preocupa mucho. Como seres humanos, nos tienen que doler las situaciones que pasan en cualquier parte del mundo, más cuando vemos jóvenes que se están perdiendo.
“Hay muchachos que ya no quieren trabajar y buscan plata fácil, buscan incluso hasta matar a alguien para tener plata y eso es algo terrible, una realidad que preocupa y que urge cambiar por el bien de todos”, expresó.
El nicaragüense sabe que su vida está en manos de Dios y sueña con ser sacerdote; aun así, está dispuesto a aceptar la voluntad de Dios y, si Él tiene otros planes, los aceptará con gusto y luchará por ser feliz y útil para la sociedad que lo recibió y con la que se siente muy agradecido.




