La situación que vive Nicaragua es muy complicada, la represión política y la crisis económica y de salud por la pandemia tienen al pueblo doblegado.
Este domingo, centenares de personas marcharon en San José con la consigna “Nicaragua no está sola”. Muchos nicaragüenses que viven en Costa Rica se unieron para demostrar que aunque estén lejos de su gente siguen apoyándola.
Daisy Vega fue una de las participantes y organizadoras de la marcha. Ella cuenta que debió salir de Nicaragua hace tres años porque si vida corría peligro.
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“El 21 de julio del 2018 me sacaron de forma clandestina porque querían matarme, siempre he sido opositora y luché contra las injusticias desde mi puesto como concejal municipal en mi pueblo, Matagalpa, pero eso hizo que le pusieran precio a mi cabeza.
“Me vine para Costa Rica con mi hija y aquí estamos las dos apenas, sobreviviendo, somos exiliadas. Yo soy abogada y notaria, pero no he conseguido trabajo, mi hija sí tiene empleo y con lo que gana pagamos el lugar dónde vivimos y la comida.
“La idea de organizar esta marcha es mandar un mensaje claro tanto a (Daniel) Ortega como al pueblo, queremos que los dos sepan que aunque estemos fuera de Nicaragua seguimos luchando contra la dictadura. No es posible que se sigan desapareciendo personas y luego aparezcan muertas solo porque no comparten las ideas de Daniel Ortega”, expresó.
Mucha preocupación
Daisy siente una gran preocupación cuando ve que cada vez son más los presos políticos que hay en su país y que se avecinan unas elecciones (7 de noviembre) completamente manipuladas por el régimen.
“Lo que pretende hacer Ortega no son elecciones presidenciales, eso es más bien un circo político para asegurar su permanencia en el poder y no podemos permitirlo.
“Sabemos que a muchos de los presos políticos los están torturando; estamos a la espera de que se dé el momento propicio en que podamos ir a luchar por nuestra gente, a liberar nuestra patria para que se acabe la injusticia y llegue la paz de una vez por todas”, dijo la líder.
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Los familiares de los exiliados también perdieron la tranquilidad porque son vigilados.
“Mi mamá ha estado enferma, le han dado seis derrames y la última vez que estuvo mal llegó mi familia para llevarla al hospital y los antimotines llegaron para ver si yo estaba ahí. Luego llegaron al hospital para tomar fotos para que quedara evidencia de que yo no estaba, eso quiere decir que me siguen buscando”, contó.
La marcha salió este domingo en la mañana de la estatua de León Cortés, en La Sabana y llegó hasta la plaza de la Democracia. El recorrido se dio con mucho orden y en el camino los participantes mostraron sus pancartas con mensajes de apoyo a los nicaragüenses y gritaron pidiendo libertar para el pueblo.
Aunque la mayoría de manifestantes fueron nicaragüenses, también hubo cubanos y venezolanos que se sumaron para pedir el fin de las dictaduras también en sus países.
En la última semana, Cuba vivió días de tensión. Como no ocurría desde hacía décadas, miles de personas en todo el país se lanzaron a las calles a protestar contra el régimen cubano. Este empezó de inmediato la represión y las detenciones, además de suspender el servicio de internet para que nadie pudiera hacer públicas las protestas por medio de las redes sociales.
En Venezuela la situación también se ha complicado por la pandemia. Este país ya vivía antes una enorme crisis económica, a lo cual se suma la represión.