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Niño con enfermedad terminal sueña con tener un PlayStation

Su papá se ganaba la vida como árbitro de canchas abiertas, pero con la pandemia se quedó sin ingresos

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Jamerson Cabezas Hernández tiene 12 añitos y un corazón y una fortaleza inquebrantables.

Padece una enfermedad terminal de inmunodeficiencia que afecta sus órganos y deben inyectarle morfina cada seis horas para aliviarlo, pero él no se rinde. Asegura tener muchos sueños por cumplir y él y su familia saben que la última palabra la tiene Dios y en Él confían.

Sin embargo, la realidad que vivimos hoy le ha complicado las cosas a los Cabezas Hernández.

Alexis Cabezas, el papá de Jamerson, cuenta que para el Día del Niño su chiquito le pidió un PlayStation y con todo el dolor del alma tuvo que decirle que no podía comprárselo. Desde entonces cada noche, antes de dormir, el pequeñito le dice que cuando pueda, por favor, se lo compre.

Pero no es tan sencillo.

“Antes de la pandemia yo me dedicaba a arbitrar partidos de fútbol en canchas abiertas, pero como ahora no se puede mejenguear no tengo ingresos de nada. Antes vivíamos en San José, yo era guarda privado, pero por la salud de Jamerson tuvimos que irnos a Nandayure de Guanacaste porque a él le hace muy bien el calor. Nos dieron una casita de bono para que nos viniéramos”, detalla Alexis.

“Gracias a Dios y a los doctores que le llevan el control en el hospital de Niños mi chiquito está estable; siempre le damos sus tratamientos para que su organismo funcione lo mejor posible y él pasa tranquilito. Siempre lo han atendido como a un rey y para cada cita lo vienen a llevar en ambulancia, es una gran ayuda", explica.

Pasión por la policía

Entre los sueños de Jamerson brilla el de ser oficial de la Fuerza Pública. La policía lo apasiona, tanto que cada vez que ve en la tele o en la calle a un uniformado o una patrulla, se emociona y se le ilumina la cara con una sonrisa.

En el Ministerio de Seguridad conocen a Jamerson y por eso en marzo del 2019 lo invitaron y lo nombraron comandante. Aquel día le regalaron un uniforme azul igual al que usan los policías y de inmediato se convirtió en su mudada favorita.

“Por lo menos una vez a la semana pide que le pongamos el uniforme, cuando lo tiene puesto no se cambia por nadie, se siente feliz y se acuerda del día en que lo recibieron como a un héroe en el Ministerio de Seguridad. Ha sido uno de los mejores días de su vida”, dice el papá.

Otro día fue invitado de los bomberos y también disfrutó mucho la experiencia.

"Hay mucha gente que le ha cumplido sueños y eso lo llena a uno de agradecimiento y de fuerzas para seguir luchando por él. Sabemos que para Dios no hay nada imposible y si Él quiere sanarlo puede hacerlo”, afirma con fe.

Otra pasión del chiquitín es la Liga Deportiva Alajuelense. Tanto le gusta que les pidió a los papás que le pintaran el cuarto de rojo y negro. Es un valiente leoncito que lucha contra la enfermedad.

Situación dura

El papá de Jamerson explica que ellos como padres tratan de darle lo mejor, pero la difícil situación económica que enfrentan lo complica todo.

“Estoy viendo cómo hago para armarme con las herramientas para hacer jardines y chapear. Pienso que si me dedico a eso podría ganar algo de plata para mejorar nuestra situación porque ahorita el único ingreso es la pensión que le dan a Jamerson”, detalla.

“Mi hijo mayor, que aún está en el colegio, y yo ayudamos todo lo que podemos en la casa, colaboramos en el oficio y mi esposa es la que se encarga más que todo de atender a Jamerson, le da comida y todo porque él no puede comer solito. Ella tiene un desgaste y pasa con dolores en la cintura, por eso mi hijo Jarconi y yo le ayudamos en todo lo que podemos”, dijo.

Otro agravante es que don Alexis también ha enfrentado padecimientos. Se le ha complicado la diabetes que tiene, presenta presión alta y un problema en los riñones. Con frecuencia debe ir a tratamiento.

"Los doctores me dicen que tengo que cuidarme mucho, más ahora con la pandemia porque tengo factores de riesgo. Por eso trato de exponerme lo menos posible, pero me preocupa, por ejemplo, que mi chiquito necesita una silla de ruedas número 16 porque la que tiene ya es muy pequeña y no tengo con qué comprársela.

“Nos cuesta mucho comprar los pañales, él usa marca Pampers talla seis, solo puede usar esos porque los demás le dan alergia, si alguien pudiera ayudarnos con algunos pañales o con toallitas húmedas se lo agradeceríamos muchísimo”, pidió.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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