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Novia llegó al altar en medio de quimioterapia y lucha contra cáncer de mama

Meybel Portuguez Chavarría es ejemplo de que esta enfermedad no es sinónimo de muerte

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Meybel Portuguez Chavarría sintió que el mundo se le venía encima el 14 se setiembre del 2018, cuando se encontró unas pelotitas en el seno derecho.

Llena de angustia, buscó de inmediato ayuda y sus peores miedos se hicieron realidad: a los 34 años le diagnosticaron cáncer de mama. En ese momento ya era madre de una hija de 3 años, que se llama Megan.

Pese a la espantosa noticia, el amor que ella y su novio José Alejandro Fallas Paniagua (el papá de Megan) se tenían, no flaqueó y en medio de su proceso de quimioterapia se vistió de novia para jurar amor eterno y ahora, luego de que pasó la tormenta, disfrutan más de su hermosa familia.

Esta valiente luchadora contó a La Teja su testimonio, en el marco del 19 de octubre, Día internacional de la lucha contra el cáncer de mama, porque quiere que su caso sirva de experiencia para otras mujeres. Ella está convencida que la detección temprana de esta peligrosa enfermedad es la clave para vencerla.

Meybel recuerda que en aquel setiembre, apenas se encontró los bultos en el pecho, buscó ayuda médica y la atendieron en el hospital de Alajuela, de donde es vecina.

“El médico que me atendió en aquel momento me mandó a operar y me dijo que no parecían ser nada malo, pero aún así hizo biopsias de las pelotitas que me sacó del seno. A principios de enero de 2019 me llamaron porque ya había salido el resultado de la biopsia. Entré a una sala muy grande donde había muchas personas y me preguntaron que por qué iba sola, pues sabían que iba a necesitar apoyo luego de lo que me tenían que decir...

“Me explicaron que los cuatro bultos eran malignos y me mandaron a operar, en esta segunda ocasión sí debían quitarme por completo el pecho derecho. Me pasaron al hospital México y me hicieron un montón de exámenes, descubrieron que ya de nuevo tenía las cuatro pelotitas que me habían quitado en la primera cirugía”, recordó.

Antes de la cirugía, los médicos decidieron ponerle el tratamiento de quimioterapia, fueron ocho sesiones en total. El tratamiento hizo que la paciente perdiera el pelo y eso la impactó muchísimo, más aún que el hecho de que le quitaran el seno.

Llegó la boda

El tratamiento de quimio fue bastante favorable para Meybel, tanto que eso le permitió casarse a mitad del proceso (el 6 de abril del 2019). Para ese momento ya no tenía pelo, pero se armó de valor y se puso una peluca, porque había decidido que nada iba a empañar su felicidad.

El apoyo de José Alejandro, su novio, fue fundamental en la lucha contra el cáncer porque la acompañó y la llenó de amor cuando ella más lo necesitaba.

La quimio dio los resultados esperados. Cuando terminó el proceso le hicieron varios exámenes y salió limpia de cáncer, aún así la doctora que la estaba tratando dijo que lo mejor era seguir con el plan de la mastectomía y el 24 de junio de ese 2019 se la practicaron. Además del pecho le quitaron 23 ganglios de la axila derecha.

Luego llegó la radioterapia, fueron 25 sesiones, pero todo valió la pena porque hasta ahora todas las pruebas que le han hecho a la paciente han salido limpias: la enfermedad desapareció.

Durante dos años la sobreviviente usó una prótesis, pero ahora está en un proceso de reconstrucción, en agosto del año pasado le pusieron un expansor para extender la piel del pecho y ahora está a la espera de que le programen la cirugía para que le coloquen el implante en el seno.

El amor de su hija Megan, quien ahora tiene 6 años, su esposo y su mamá, Grace Chavarría, ha sido fundamental para la paciente, ya que en los momentos más duros ellos la sostuvieron.

“Psicológicamente me vi muy afectada, el tener una bebé en aquel momento fue duro. Cuando me dieron la noticia de que tenía cáncer le prometí a mi hija luchar hasta el último día de mi vida, por mí y principalmente por ella y aquí estamos todavía en la lucha. Estoy en control, ahora el 21 de octubre tengo una nueva cita y espero que todo salga bien de nuevo, como en las últimas citas.

Mi hija es mi motor, es por ella por quien me levanto todos los días con todas las fuerzas, por ella no me rendí en una cama, ni me encerré en un cuarto. En algún momento lloré, clamé a Dios, doblé rodillas por las noches, pero donde mi hija no viera mi sufrir”, contó.

7 años fueron novios Meybel y José Alejandro

Un amor fuerte

Luego de la tempestad, el amor de Meybel y José Alejandro sigue fuerte.

De mi esposo nunca he recibido un rechazo o un ‘feo’ por las cirugías o por las cicatrices. Él siempre ha estado ahí como pareja, siempre atento, siempre cariñoso, detallista; hasta la fecha ha sido un buen compañero en este caminar tan difícil. Estamos bastante bien como pareja y con nuestra bebé, siento que somos una familia estable”, aseguró.

La sobreviviente aprovechó para mandar un mensaje a todas las mujeres.

“Es bueno que se revisen, no esperen a tener 50 años porque el cáncer puede llegar mucho antes, no dejen de ir donde un ginecólogo cada año y cuídense aún más si tienen herencia de alguna familiar que haya tenido cáncer de mama.

“Si llegan a tener esta enfermedad no pierdan la fe en Dios, deben ser positivas en todo momento, ocuparse en las cosas que les gusta. Actualmente el cáncer no es sinónimo de muerte y si se trata a tiempo se puede vencer, no hay que perder eso de vista”.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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