Un grupo de ocho mujeres alborotó el Liceo Samuel Sáenz Flores, en Heredia al ejercer su voto. Ellas llegaron con vestidos que tapaban la mayor parte de sus cuerpos para protestar contra lo que consideran una amenaza fundamentalista.
Ellas se vistieron al estilo del libro y serie "The Handmaid’s Tale" con el fin de mostrar su preocupación, ya que en el libro se habla de una sociedad en la que las mujeres han perdido todos sus derechos, debido a un regimen religioso que las utiliza solo para tener hijos.
Paola Rogue fue una de las mujeres que utilizó el llamativo traje para votar.
“Somos muy afortunadas. Aún”, afirmaron las mujeres en un comunicado firmado por las ocho: Gabriela Clarke Caamaño, Ana María Rodríguez Pereira, Angélica León Sánchez, Alícia Coto Guzmán, Yorleny Araya Valenciano, Karla Piedra Mora, Paola Rogue Porras y Sara Mata Calderón.
“Crecimos en un país democrático y estable, donde la costumbre de los medios es hablar sobre una fiesta electoral. Hoy estamos de fiesta y decidimos hacerla una fiesta de disfraces. ¿Por qué? Porque queremos y podemos. Porque la protesta también es fiesta. Así de afortunadas somos aún. Podemos pretender una conocida ficción ante una amenaza fundamentalista que de ficticia no tiene nada”, agrega la declaración.
The Handmaid’s Tale es un libro, de 1985, de la escritora canadiense Margaret Atwood. El año pasado fue adaptada para la televisión en una premiada serie protagonizada por Elizabeth Moss.
“Estamos ante un panorama donde las condiciones materiales de las mujeres han sido un tema invisibilizado por los medios de comunicación y la mayoría de partidos políticos. La mayoría de las propuestas de los partidos hacia las mujeres están relacionadas a labores de cuido y una aparente obligación a reproducirse”, destacó la declaración.
Nos manifestamos a favor de un estado laico, que celebre todas las libertades, porque todavía falta mucho trabajo para llegar a una verdadera igualdad. Votamos por nuestros derechos, votamos por nuestra seguridad, votamos por nuestra libertad. Hoy usamos y vestimos nuestra voz porque aún contamos con ella y no pretendemos dejarla ir”, concluye.