El 6 de enero del 2013 la vida de Óscar González Segura, vecino de Platanares de Moravia, dio un giro brutal.
Estaba trabajando en la construcción de unas agujas para portones cuando, al subirse a una escalera y dar un salto, el piso se quebró. La caída de seis metros lo dejó sentado, con una lesión irreversible en la médula. Tenía 42 años y de un segundo a otro escuchó la frase más dura: “Nunca volverá a caminar”.
“Al inicio todo son malas noticias. Pasé un año escuchando lo mismo. Uno piensa que va a quedar postrado en una cama, y es durísimo aceptarlo. Pero con el tiempo se aprende a vivir”, recuerda hoy, 12 años después.
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Volver al volante
Óscar había sido mejenguero, empresario de remodelaciones y electromecánica, siempre activo. Tras el accidente, un amigo que también usaba silla de ruedas le dio un consejo que le cambió la vida: “Trate de volver a manejar, eso lo va a llevar de nuevo a la vida”.
A los tres meses de haber caído, se atrevió a modificar su viejo Isuzu Trooper para conducir solo con las manos. Sin saber nada de adaptaciones, buscó ideas en Internet, fabricó piezas en un torno y se pasó cinco días trabajando en el sistema de freno y aceleración. La primera prueba no se atrevió a hacerla él, mandó a alguien que sí podía usar los pies “por si fallaba”. Funcionó perfecto.
“Cuando lo manejé por primera vez fue una satisfacción enorme, era como volver a incorporarse al sistema de la sociedad”, cuenta emocionado.
Nace Modifycar
Ese impulso lo llevó a abrir su propio negocito, Modifycar, con el que ya suma más de 100 carros adaptados para personas en silla de ruedas. Cada cliente recibe una charla y una explicación personal, porque volver a conducir un vehículo modificado es como aprender de cero.
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El primer automóvil que adaptó para alguien más fue para Jonathan, un joven deportista que también había sufrido una lesión medular.
“Al principio, me decía que no se la jugaba, y es normal porque yo viví ese miedo, pero poco a poco fue perdiéndolo. Hoy anda por todo lado y hasta cuando cambió de carro volvió a buscarme para adaptárselo”.
Un negocio con propósito
Hoy, a sus 54 años, Óscar combina las remodelaciones con su taller de adaptaciones. Cada sistema lo fabrica él mismo, con la certeza de que no pueden fallar, porque se trata de frenar o acelerar sin pies. Además, está pensionado por invalidez y cuenta con la póliza de riesgos del trabajo del Instituto Nacional de Seguros (INS) al día.
“Hay gente que nunca acepta una lesión de médula, pero yo decidí que no me iba a dejar vencer. Convertí mi accidente en una oportunidad para ayudar a otros a recuperar mi independencia”, dice con orgullo.
Con su esfuerzo, Óscar no solo volvió a manejar, sino que ahora regala libertad a decenas de ticos que, como él, un día creyeron que nunca más podrían tomar el volante.
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Hay que protegerse
En el Instituto Nacional de Seguros (INS) nos explican: “Las personas con lesión medular enfrentan retos grandes, como la pérdida repentina de movilidad, dependencia de una silla de ruedas y la necesidad de seguimiento médico constante para evitar complicaciones médicas, familiares y sociales graves o, incluso, la muerte prematura.
“Además, las barreras arquitectónicas y sociales pueden generar exclusión, dificultando su integración en espacios públicos y grupos sociales”, comenta el doctor Kenneth Rojas, director de la Red de Servicios de Salud del INS.
Las personas que cuentan con una póliza de Riesgos del Trabajo (RT) del INS y sufren este tipo de lesiones, reciben beneficios que varían según la gravedad de la lesión con el fin de dar apoyo y estabilidad.
Haga lo correcto
El doctor Enrique González Araya especializado en Medicina de Tránsito y miembro del Comité de Medicina de Tránsito del Colegio de Médicos, explica que si una persona desea adaptar un vehículo debe llamar al teléfono 2210-2200 del Colegio de Médicos para que inicie el trámite y le extiendan un certificado médico de licencia de conducir.
“El Comité de Medicina de Tránsito le aclarará sobre las adaptaciones que necesita el vehículo que quiere manejar y todas las adaptaciones deben quedar claramente explicadas en el certificado para que así pueda conducir sin problemas.
“Es importantísima la certificación del Colegio de Médicos para que, en el eventual caso de un accidente con un carro adaptado, no tenga problemas con las pólizas del INS, ya que informó perfectamente las adaptaciones”, advirtió el doctor González.
El doctor aclara que, de acuerdo con las convenciones internacionales de derechos humanos de las personas y nuestra Ley 7.600, un carro sí puede ser modificado para que una persona con alguna discapacidad lo pueda manejar.
“En Dekra no revisan si uno opera el carro con las manos o con los pies, revisan que el manejo sea seguro. Si las adaptaciones no afectan la estructura original del vehículo, no hay problema”, asegura el doctor.
Steven Ramírez, oficial de Tránsito de Fundación VidaVial y el propio Ministerio de Obras Públicas y Transportes, coinciden en que: “Si un vehículo cuenta con IVE (inspección técnica vehicular) vigente, derecho de circulación vigente y la persona tiene licencia vigente, puede conducir un vehículo que se adapte a sus discapacidades”.
El Mopt agrega: “A efectos de garantizar la calidad de la adaptación, se requiere la presentación de una autorización escrita de parte del representante de la marca del vehículo en el país, o en su defecto, se debe presentar un certificado de la adaptación firmado por un ingeniero mecánico autorizado por el Colegio Federado de Ingeniero y de Arquitectos para la realización de modificaciones vehiculares.
“Además del certificado, debe presentar los papeles de trabajo de cada adaptación”.