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Papá se escondió 10 años en la montaña porque no tenía cómo pagar la pensión de ¢8 millones

Además, Isaí Ramírez fue acusado de violencia doméstica por parte de su expareja y esto lo alejó de sus hijos por 12 años

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Isaí Ramírez Chaves, lleva 12 años sin ver a sus dos hijos por problemas con su expareja. Cortesía

Isaí Ramírez Chaves es un papá que vivió diez años escondido en las montañas porque su exesposa lo denunció por violencia doméstica (él asegura que nunca la agredió) y además le impusieron una pensión de ¢8 millones mensuales por sus dos hijos, a los cuales tiene casi doce años de no ver.

Con tal de no volver a la cárcel por no poder pagar la pensión, don Isaí prefirió perder su empresa y meterse en las montañas de la zona sur y esperar que prescribiera la causa por violencia doméstica.

“Fue una época muy dura, el ver cómo Zeus, el perro que fue mi fiel compañero durante casi un año, moría a mi lado al ser mordido por una terciopelo”, comentó el afligido padre.

Isaí Ramírez tuvo que refugiarse en la montaña donde encontró una casa abandonada. (Cortesía)

A la brava, Ramírez se convirtió en un Tarzán, andaba todo barbudo porque no tenía cómo afeitarse y cuando se le acaba el agua que recogía de la lluvia tenía que bañarse y lavarse los dientes en un río.

“Tenía que dormir en medio de la montaña, incluso, en un momento un prófugo por asesinato se había metido en los alrededores y andaba la Policía persiguiéndolo, eso me obligaba a quedarme más que chiquitico para que no me agarraran a mí”, recordó.

Al principio improvisó un rancho con unos palos y un plástico que le servía de techo y dormía en el frío y húmedo terreno de la montaña.

La muerte de Zeus, su compañero inseparable en la montaña por casi un año, le dolió mucho. Foto: Cortesía (Cortesía)

“A veces pensaba que nunca iba a terminar ese tiempo de estar en la montaña, por dicha me encontré una casa abandonada que con el tiempo tuve que ir despedazando para obtener leña para cocinar en el improvisado fogón.

“Me sirvió montones, pero había muchos murciélagos y uno me cagó en el oído y me dio una infección terrible. También debía cuidarme de las culebras”, narró Isaí.

Como el OIJ no dejaba de buscarlo, pasaba unos días en la casa abandonada y otros en la montaña, pero cuando llovía era cosa seria. Incluso, pasó dos huracanes en esas condiciones y los árboles caían cerca suyo y pensó que no contaría el cuento.

Extraña a sus hijos

La última vez que vio a sus hijos ellos tenían 6 y 3 años. Hoy el varón está a dos meses de cumplir 18 años y la niña cumplirá en abril 16.

Este hombre, de 59 años, asegura que no hay día en que no los extrañe y sufra por no poder ser un padre presente, por eso dice comprender muy bien la situación que hoy enfrenta el periodista Camilo Rodríguez, quien está luchando por poder ver a sus tres hijos menores.

Aunque su mayor deseo es estar cerca de ellos, los constantes pleitos judiciales con su exesposa, de apellido Hernández, se lo impiden.

Cada vez que puede el puntarenense participa en marcha o charlas para pelear por sus derechos como padre. Cortesía

A Isaí le impusieron un monto de ¢8 millones de pensión alimentaria cuando se separó de su pareja en el 2010, cifra con la cual nunca estuvo de acuerdo a pesar de su solvencia económica.

Según explicó el puntarenense, en aquel entonces él tenía una empresa constructora y estaba de acuerdo en pagar la manutención de sus hijos; sin embargo, dicho monto le pareció una exageración y por eso apeló la decisión del juez.

Eso habría detonado que su expareja le prohibiera el contacto con los niños y empezara con prácticas de desparentalización en su contra.

A como podía se cocinaba algo para no morir de hambre. Foto: Cortesía (Cortesía)

“En un inicio la mamá de mis hijos me impuso una denuncia por violencia doméstica, que es como el arma más letal, y cuando no es violencia doméstica es una denuncia falsa por abuso, más cuando hay mucho odio entre la pareja o dinero de por medio, entonces, se me separa de mis hijos y se me impuso una pensión alimenticia de ¢8 millones y ahí empezó la lucha”, dijo el padre.

Además, el Juzgado de Familia interpuso medidas de protección hacia los menores, por lo que no podía acercarse a ellos.

Fue a la cárcel

Para hacerle frente a los primeros meses de pensión Isaí tuvo que vender su compañía, pero llegó el momento en el que el dinero no alcanzó más.

Por lo que estuvo preso seis meses porque no pudo pagar los 16 millones de colones que le correspondían de pensión y aguinaldo, y según contó, eso lo destruyó como persona y como empresario.

“Perdí la constructora, ya no tenía nada, estaba devastado por la pérdida de mis hijos, me los arrancaron del alma, solo el que lo ha vivido puede sentir eso. Yo tuve que andar diez años escondiéndome en la montaña para esperar que prescribiera la violencia doméstica porque sino me metían seis años a la cárcel”, señaló.

Isaí todavía guarda los carteles que le hace a sus hijos para recordarles cuando los ama aunque ellos no quieren ni verlo. Cortesía

Durante todo ese tiempo tampoco pagó la pensión porque asegura que no tenía de a dónde sacar tanto dinero.

“Todo el patrimonio familiar que tenía lo perdí, quedé en la bancarrota y levantarse económicamente no ha sido fácil, menos cuando la Policía me saca por todo lado con el famoso ‘se busca’. Cuando una mujer sabe que uno ha sido un excelente papá es por donde más duro le dan, con los hijos”, dijo.

Luego de años de procesos judiciales, en el 2018 logró que le rebajaran la pensión a 250 mil colones.

Ramírez encontró un tipo de galerón abandonado que le sirvió de regugio. Foto: Cortesía (Cortesía)

“Mi hija cumplió 15 años el año pasado y simplemente los llamo y no quieren hablar conmigo, me dicen, ‘señor, no nos moleste’, ‘no queremos saber de usted’. Ya le lavaron el cerebro a mis hijos. Imagínese lo que es perderme de 12 años de mis hijos y todavía los lloro.

“Eso es lo que los jueces y el PANI deberían entender que el daño no solo se lo hacen a uno como padre sino principalmente a los niños que crecen creyendo que su papá no los quiere”, dijo muy dolido.

“A veces voy en moto y voy hablando con ellos porque siento que Dios me los conecta en el corazón”, Isaí Ramírez

—  Isaí Ramírez

Aquellos años de abundancia que una vez tuvo quedaron muy lejanos y asegura que vive el día a día para ir saliendo adelante. Confiesa que muchas veces sus amigos, que no lo han abandonado, le prestan para pagar el celular, el recibo de la luz y le echan la mano para comprar alimentos.

Para colmos hace tres semanas le dio covid y no pudo salir a pulsearla para ganarse el arroz y los frijoles, por la orden sanitaria.

En el 2012 se realizó una marcha que fue dedicada a él por todo lo que ha vivido por recuperar a sus hijos. Cortesía

Apoyo para otros

En el 2012, la Fundación Instituto de Apoyo al Hombre (Fundiapho) realizó su primera marcha en San José para pedir la creación de un instituto que brinde protección y apoyo a los hombres cuando son agredidos por su pareja.

Dicha marcha fue dedicada a Ramírez, quien fue uno de los primeros en recibir ayuda legal y sicológica en esta fundación.

Curiosamente, ese año el periodista Camilo Rodríguez marchó con ellos sin imaginar que ocho años después estaría viviendo una situación muy similar a la suya. Camilo no puede ver a sus hijos por problemas con su expareja.

“Cuando yo veo el caso de Camilo lo comprendo porque cuando le quitan a uno a los hijos así, el mundo se le viene encima”, mencionó.

Al ver el caso de Camilo Rodríguez don Isaí dice reabrir su herida y que comprende el dolor que el periodista está pasando. Cortesía

Actualmente Isaí forma parte de la junta directiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), pues su deseo es luchar porque “no existan más niños huérfanos de padres vivos” y también se dedica a hacer campañas junto a Fundiapho para evitar casos de depresión o suicidio en hombres que viven una situación similar a la suya.

“Las leyes hay que modificarlas, por ejemplo, la de pensiones alimentarias es muy vieja y los tiempos han cambiado, y ahí es donde aparecen un montón de profesionales, que yo diría que son unos sucios, que se aprovechan de eso y buscan dictámenes médicos falsos de sicólogos, de médicos, y los meten al juzgado, y este le da curso e inmediatamente es donde empieza el infierno para muchos padres”, señaló Ramírez.

Este hombre asegura que solo Dios le ha dado las fuerzas para seguir adelante con su dolor y que seguirá luchando por reencontrarse algún día con sus hijos.

“A un hijo no lo sacas del corazón hasta que se deje de vivir”.

—   Isaí Ramírez
¿¿Qué es la desparentalización?
Son procesos en donde, a partir del conflicto entre los padres, la desconfianza, la ira genera en uno de ellos la tendencia a obstaculizar el contacto de los hijos con el otro progenitor, mediante diversas estrategias que van desde distorsionar la imagen de la otra persona en el pensamiento y el sentimiento de las personas menores, hasta entablar procesos judiciales repetitivos, acusaciones falsas de violencia, abuso parental y progresivamente alejamiento y “borramiento” de la imagen del progenitor alienado.
Silvia Núñez

Silvia Núñez

Periodista de Espectáculos y Sucesos. Bachiller en periodismo de la Universidad Central desde el 2004. Labora en el Grupo Nación desde el 2013.

Karen Fernández

Karen Fernández

Periodista con una licenciatura en Producción de Medios. Forma parte del equipo de Nuestro Tema y tengo experiencia en la cobertura de noticias de espectáculos, religiosos, salud, deportes y nacionales. Trabajo en Grupo Nacion desde el 2011.

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