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Piñatas de Luisito Rey hechas en Atenas encantan a los fiebres de Luismi. ¡Ya se pueden desquitar!

Señora de Atenas quedó sorprendida por un pedido, pero después lo entendió todo

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Luisito Rey es hoy por hoy uno de los papás más odiados por quienes siguen en Netflix la serie basada en la vida de Luis Miguel.

No soportan ni le perdonan las maldades que le hizo al pequeño Luismi mientras trataba de convertirlo en una estrella de la música. Les enoja que lo utilizara sin importarle nada, que lo viera como una cosa.

Hay quienes han dicho que les gustaría cobrar venganza, algo complicado en vista de que Luisito Rey cantó viajera en 1992 en Barcelona, España.

Lo bueno es que ya apareció la manera de conseguirlo y está muy al alcance de la mano.

Margarita Sandí nos cuenta qué fue lo que pasó, que es muy vacilón.

Un día, durante una reunión con amigas, todas fanáticas de Luismi y de la serie de Netflix, una de ellas comentó lo rico que sería agarrar una piñata, ponerle la cara del abusivo tata de Luis Miguel y volarle garrote hasta desahogarse.

“Lo que ella (su amiga) no sabía es que una semana antes yo había llamado a una señora que hace piñatas y le había enviado la foto del actor que sale en la serie para que me hiciera una piñata igualita para celebrarle el cumpleaños a mi amiga”, comentó Margarita.

El pedido especial no dejó nada por fuera. La foto que mandó mostraba en detalle hasta el famoso chaleco y la cadenita de oro que nunca se bajó el artista.

Qué bicho tan feo

Doña Lizeth Brenes, de piñatas Aromati, en Atenas tomó nota de todo. Aunque le ha tocado hacer piñatas de muchas figuras le extrañó que le pidieran una de un “bicho tan feo”, como ella lo llama. Claro, como toda una profesional le entró al desafío sin saber aún quién era el personaje y el resultado es sorprendente: un Luisito Rey en miniatura listo para que lo partan a leño.

La piñata mide un metro de alto, costó ¢18.000 y nació hace un mes; sin embargo, fue hasta el pasado miércoles cuando vio la luz en las redes sociales y los fanáticos de la serie reaccionaron como locos ante la posibilidad de hacer realidad una de sus fantasías.

“En los diez años que tengo de trabajar el negocio de las piñatas con mi esposo nunca nos llovieron tantos pedidos como cuando publicamos la foto de esta. Yo no entendía porqué tanta gente estaba interesada en comprarla", cuenta doña Lizeth, quien dice que le llegaron 15 pedidos después de subir la foto a Facebook.

Cuando doña Lizeth le entregó a Margarita la piñata le preguntó por qué había pedido esa figura en particular.

“No entendía a quién se le ocurría encargar una de este carajo, hasta que me explicaron bien la historia y entendí que fue un superdesgraciado, todo el mundo le quiere pegar”, agregó la pulseadora ateniense, que ya está del lado de quienes no soportan a Luisito Rey.

“Para hacerla necesito unas tres horas, ahorita estamos corriendo porque no las tenemos listas y nunca nos imaginamos lo popular que iba a ser”, aseguró la señora.

En México la fiebre con las piñatas del cantante ya fallecido creció en mayo, cuando los artesanos empezaron a venderlas como pan caliente y le hicieron competencia a las que sacaron meses antes de Donald Trump, otro personaje que despierta ganas de darle una buena sopapeada.

Volver del olvido

No solo los vendedores de piñatas se frotan las manos con el buen negocio. El mismo Luis Miguel ha recuperado su popularidad, que iba de capa caída, y los fanáticos han vuelto a escuchar su música. La serie de Netflix ha servido para rescatarlo del olvido.

Cada lunes las redes sociales se llenan de comentarios de seguidores que el domingo por la noche descubren algo que no sabían del cantante. Muchos pasan por alto que se trata de una serie que mezcla la realidad con la ficción, es decir, algunos de los hechos que muestran jamás ocurrieron.

“Todos nos hemos enamorado alguna vez en la vida escuchando a Luis Miguel”, dice Sally Campos-Hamer, quien no se pierde ningún capítulo y supone que los demás fanáticos hacen lo mismo para saber más de ese artista al que consideran fabuloso y misterioso a la vez.

“Viendo la serie no se puede dejar de sentir una gran empatía y conexión con él. Al mismo tiempo que nos volvemos grandes fans del artista, es imposible no empezar a sentir una gran antipatía y rechazo por su padre, Luisito Rey”, dijo Campos.

Esta seguidora de la serie se asombra en cada capítulo al ver la clase de tata que era Luisito Rey: abusador, mal marido y le sorprende más darse cuenta cómo un padre utiliza a su hijo de la manera más baja para sacarle provecho sin importarle su salud o su bienestar emocional.

Bella Flor Calderón

Bella Flor Calderón

Comunicadora

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