El estrés es una reacción natural del cuerpo frente a situaciones de presión, pero cuando se mantiene de forma constante puede transformarse en un problema de salud. La Clínica Mayo detalla que el estrés crónico mantiene al sistema nervioso en un estado de alerta permanente, lo que provoca síntomas como dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos y alteraciones en el sueño.
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¿Cómo el estrés genera dolor en el cuerpo?
Durante un episodio de estrés, el organismo libera hormonas como el cortisol y la adrenalina. Estas sustancias preparan al cuerpo para reaccionar rápidamente, pero cuando se producen en exceso tienen consecuencias físicas:
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- Tensión muscular prolongada, que se refleja en dolor de cuello, espalda y hombros.
- Trastornos gastrointestinales como gastritis, estreñimiento o diarrea.
- Cefaleas y migrañas, relacionadas con la contracción de vasos sanguíneos.
- Fatiga y debilidad, derivadas de un descanso deficiente.
El Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos (NIMH) indica que el estrés persistente altera los mecanismos del organismo para procesar el dolor, lo que aumenta la sensibilidad física y amplifica las molestias.
Enfermedades asociadas al estrés
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el estrés crónico es un factor que contribuye al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, musculoesqueléticas y digestivas. Entre los problemas de salud más comunes vinculados con este trastorno se encuentran:
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- Síndrome de intestino irritable.
- Dolores lumbares y cervicales.
- Bruxismo (rechinar de dientes).
- Fatiga crónica y sensación de agotamiento constante.
¿Cómo reducir los efectos del estrés en el organismo?
La Clínica Mayo recomienda adoptar medidas prácticas para reducir el impacto del estrés en la salud física, como:
- Realizar actividad física regular para liberar tensión.
- Mantener un horario de sueño estable de 7 a 8 horas diarias.
- Reducir el consumo de cafeína y alcohol.
- Practicar técnicas de respiración profunda o meditación.
- Buscar ayuda médica cuando el estrés interfiere con la vida diaria.
El estrés no se limita al estado emocional. Prolongado en el tiempo, puede convertirse en dolor físico real y aumentar el riesgo de enfermedades. Reconocer sus señales y aplicar medidas preventivas es fundamental para proteger tanto la salud mental como la física.
*Noticia realizada con ayuda de IA*