De las mujeres que se han puesto la vacuna contra el covid-19, 42 de cada 100 experimentan sangrados menstruales más abundantes durante las dos semanas siguientes a la aplicación del medicamento.
Así lo revela un estudio liderado por las científicas Katharine Lee, de la Universidad de Tulane, y Kathryn Clancy, de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign, que fue publicado en la revista Science Advances.
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La investigación, que contó la participación de 39.129 mujeres, describe por primera vez la aparición de sangrado menstrual espontáneo después de la aplicación de la vacuna en un alto número de personas que no tenían la menstruación (porque tenían la menopausia o porque seguían un tratamiento hormonal anticonceptivo o para el cambio de género).
Las conclusiones confirman la tendencia de un efecto secundario que fue reportado por mujeres en varios países del mundo, pero hasta ahora se hizo un estudio específico al respecto.
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Pero no hay de qué preocuparse, los datos del estudio muestran que estas alteraciones son temporales, no son peligrosas y están asociadas a determinados factores desencadenantes como la edad, el padecimiento de efectos secundarios sistémicos asociados a la vacuna (fiebre o fatiga), o el historial de embarazos y partos, entre otros.
Las investigadoras solo incluyeron los datos de las personas que no se habían enfermado de covid-19 (porque la enfermedad puede provocar cambios menstruales) y excluyeron los datos de las personas de entre 45 y 55 años para evitar que los resultados se confundieran con la menopausia o los cambios previos.