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Romería 2025: Artista que trabaja para la Negrita la vuelve a pintar y ahora para inspirar a romeros

Paula Sáenz Soto ha llevado su amor por la virgencita de los Ángeles al mismísimo Vaticano

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Paula Sáenz Soto no pinta por encargo ni por moda, pinta por amor. Y desde hace más de quince años ese amor tiene un nombre celestial: la Virgen de los Ángeles, la Negrita.

Esta artista visual, esposa y mamá de un joven de 21 años, siente que cada pincelada que da para representar a la virgen es una forma de oración.

Paula Sáenz Soto es una costarricense que tiene más de 17 años de ser especialista en arte religioso y en estos momentos está realizando lo que ella considera el trabajo de su vida, un mosaico de la virgen de Los Ángeles, que será colocado en uno de los jardines del Vaticano
Romería 2025: La artista que trabaja para la Negrita la vuelve a pintar y ahora para los romeros. (Cortesía)

No pinta cuadros: escribe cartas de amor a María con cada óleo, cada trazo, cada símbolo. Por eso, cuando se le pidió hacer una nueva imagen de la Negrita para un puesto de asistencia a los romeros, que pondrá en Curridabat la UACA, lo primero que hizo no fue tomar el pincel, sino arrodillarse y agradecerle a la Patrona de los ticos.

“Me puse en oración, a pedirle a ella misma que me guiara. Y me vinieron a la mente las letanías lauretanas que son tan hermosas desde el año 1587. Me dije: ‘¡Qué belleza!’ y pensé en la puerta del cielo, porque ella es eso para nosotros: la puerta por la que vino Jesús al mundo”, cuenta Paula, con voz suave, casi como si aún estuviera en ese momento de silencio y recogimiento.

La nueva Virgen que saldrá a acompañar a miles de romeros este 1 y 2 de agosto es una obra que nació desde la contemplación.

Paula Sáenz Soto no pinta por encargo ni por moda. Pinta por amor. Y desde hace más de quince años ese amor tiene un nombre celestial: la Virgen de los Ángeles, “la Negrita”.
Esta es la pintura que hizo la artista para los romeros de este 2025. (Cortesía/Cortesía)

Primero, fue un boceto de apenas 30 centímetros, pintado al óleo sobre tabla. Luego, su esposo (fotógrafo especializado en arte) tomó una imagen de alta resolución que se amplió hasta alcanzar 2,40 metros de alto por 21 metros de ancho.

Esta pieza monumental será instalada el 1 de agosto afuera de las instalaciones de la Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA), en Curridabat, para asistir con ternura a los miles de fieles que caminan con fe hacia la basílica.

La Virgen aparece en el centro de un arco dorado con el Niño Dios en brazos. Detrás, el cielo abierto, las nubes, y un río que fluye hacia los pies de los romeros.

A sus costados, dos árboles la custodian, y al pie, una rosa blanca rinde homenaje al himno nacional que comienza con “Dios te salve, blanca rosa”.

“Jesús es la fuente viva”, explica Paula, quien eligió rodear a María de naturaleza, inspirada en el hecho de que muchas de las apariciones marianas aprobadas por la iglesia católica han ocurrido en ambientes naturales.

“Me llama mucho la atención que casi siempre están ligadas a montañas, ríos, árboles… Ella siempre estuvo rodeada de naturaleza, y eso quise representar”.

En medio de las hojas y del paisaje, están también escondidas las letanías marianas, como un canto silencioso que abraza a quien se detenga a contemplarla.

Paula Sáenz Soto no pinta por encargo ni por moda. Pinta por amor. Y desde hace más de quince años ese amor tiene un nombre celestial: la Virgen de los Ángeles, “la Negrita”.
Gracias a la Negrita, Paula incluso tuvo encuentros con el papa Francisco. En la foto le está regalando al papa un burrito hecho por ella. (Cortesía/Cortesía)

La inspiración para esta obra vino directamente de una de las letanías tan queridas del rosario. Una de las invocaciones dice “Puerta del Cielo”; esta letanía reconoce a la virgencita como el camino que lleva a Jesús y de Jesús al cielo, nos comentó la artista.

“Así como Jesús es el camino al padre, María es la puerta por la que él entró al mundo. Y ella sigue siendo esa puerta abierta para todos nosotros. Como Madre, se inclina hacia los caminantes cansados, como los que van hacia Cartago, y nos lleva a su Hijo”, comenta Paula.

Paula Sáenz Soto no pinta por encargo ni por moda. Pinta por amor. Y desde hace más de quince años ese amor tiene un nombre celestial: la Virgen de los Ángeles, “la Negrita”.
El rector de la UACA, Guillermo Malavassi, le entregó al papa Francisco el libro de la Negrita que hizo Paula. (Cortesía/Cortesía)

“Encerrarme 15 días para hacer a la Negrita fue como un retiro espiritual. No hay palabras. Fue como estar en silencio con ella, en oración, acompañándola”, confiesa la artista, quien asegura que pintar a la virgen es su manera de vivir la fe: “Siempre digo que cuando pinto un ícono religioso es como una carta de amor. Voy haciéndolo, corrigiendo, mejorando. Ese es el camino del artista para llegar a la obra final”.

En su estudio, lleno de luz y silencio, Paula ha ido aprendiendo lo que la Virgen quiere enseñarle: contemplación, humildad y escucha.

Paula Sáenz Soto no pinta por encargo ni por moda. Pinta por amor. Y desde hace más de quince años ese amor tiene un nombre celestial: la Virgen de los Ángeles, “la Negrita”.
Una foto super mariana, Paula en Fátima, Portugal, en uno de los lugares más queridos por los católicos por las apariciones de la virgen de Fátima. (Cortesía/Cortesía)

“Cada día ella me enseña algo. A tener silencio. Antes de opinar, antes de sacar conclusiones, mejor el silencio, meditar antes de hablar. A veces es mejor el silencio”, dice con calma.

La conexión de Paula con la Negrita se hizo más fuerte desde el año 2021, cuando el Vaticano aprobó un mosaico suyo para colocarlo en un jardín dentro de la Santa Sede.

“Después de lo que pasó con el mosaico, me sentí muy amparada por ella. A partir de ahí me ha nacido una inspiración lindísima para hacer temas de la Negrita”, dice.

Uno de esos proyectos fue la trilogía del hallazgo, creada en 2023 con motivo de los 200 años del patronazgo. Ella cuenta, en tres cuadros, el momento en que Juana Pereira encuentra la imagen en la piedra, cuando se la entrega al sacerdote y, finalmente, a la Negrita rodeada de romeros de todos los rostros y edades.

“Aprendí tanto haciendo esos cuadros. Me metí en la historia, imaginé a Juana, la pinté como la sentí, con respeto y dulzura. La Negrita nos llama a la unión, como lo hizo cuando fue hallada. Costa Rica estaba dividida, pero ella nos unió”, reflexiona.

Paula Sáenz Soto no pinta por encargo ni por moda. Pinta por amor. Y desde hace más de quince años ese amor tiene un nombre celestial: la Virgen de los Ángeles, “la Negrita”.
Aquí vemos a la artista detallando la Negrita de este 2025. (Cortesía/Cortesía)

“Hasta el día de hoy, lo del mosaico sigue bendiciéndome. La Negrita me abrió muchas puertas”, dice con una sonrisa que brilla tanto como su arte.

Eduardo Vega

Eduardo Vega

Periodista desde 1994. Bachiller en Análisis de Sistemas de la Universidad Federada y egresado del posgrado en Comunicación de la UCR. Periodista del Año de La Teja en el 2017. Cubrió la Copa del Mundo Sub-20 de la FIFA en el 2001 en Argentina; la Copa del Mundo Mayor de la FIFA del 2010 en Sudáfrica; Copa de Oro en el 2007.

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