¡Santa felicidad en la familia de la niña Marisa!

María Isabel y Blanca Gamboa Acuña, sobrinas de María Isabel Acuña Ariad, más conocida como la niña Marisa, se mostraron más que felices por el inicio del proceso de beatificación de su tía; de igual forma su cuñado, don José Alberto Gamboa Salazar.

“Gracias a Dios se inicia por fin el camino de la beatificación. En la familia estamos muy felices porque el día que tanto esperamos ha llegado. No tenemos duda que todo irá por buen camino porque mi tía siempre fue una sierva de Dios”, comentó doña Blanca.

La familia ha estado y estará muy unida con la iglesia católica en todo este camino de beatificación que tiene al Vaticano como el responsable de autorizar, en un futuro próximo, la declaratoria de santidad de la niña Marisa.

“Nos sentimos muy orgullosos de formar parte de la familia de una persona que vivió solo 13 años, pero marcó y sigue marcando la vida de muchas personas por su tremendo amor a Dios”, aseguró doña María Isabel.

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A sus 82 años, don José Alberto se alegró demasiado al ver el inicio del proceso porque él está convencido que la niña Marisa será santa.

“Cuando una persona vivió una vida apegada a Dios solo cosas positivas le pueden suceder. Estoy seguro que la niña Marisa será santa, se lo merece ”, confirmó don José Alberto.

A los tres los encontramos este lunes 19 de marzo en la Catedral Metropolitana, en la misa en honor al patrono de la capital, san José, y también dedicada a celebrar el inicio del proceso de beatificación de la niña Marisa.

Don José no pudo dejar de recordar a doña María Elena Acuña, la hermana de la niña Marisa, quien falleció hace cuatro años cuando tenía 69 y fue una de las que más se esmeró porque su hermanita iniciara el camino de la beatificación.

“Viera como me acordé hoy de María Elena, estoy seguro que estaría demasiado feliz de ver su sueño hecho realidad. Ella luchó siempre porque se iniciara el camino de la beatificación de su amada niña Marisa, pero no logró ver esto que está sucediendo”, comentó don José.

Blanca, la sobrina, estuvo muy pendiente de fotografiar y grabar en video todo lo que sucedió en la Catedral.

“Es el momento histórico que toda la familia ha deseado desde hace mucho, estoy demasiado feliz y no quiero que se me escape nada”, nos comentó.