Nacional

Servicio exprés se convirtió en el machete de los ticos en la pandemia

Muchos repartidores dicen que gracias a ellas pueden llevar el arroz y los frijoles a sus hogares

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Las plataformas de entregas a domicilio como Uber Eats, Glovo y Rappi se convirtieron en la tabla de salvación de muchas personas que perdieron el trabajo por la pandemia.

Las restricciones comerciales y vehiculares obligaron a que en los últimos meses los clientes usen más estos servicios para recibir comidas, medicamentos y hasta la comedera por servicios exprés, por lo que la demanda de las plataformas se disparó.

A Mauricio Soto lo suspendieron de su trabajo hace poco más de tres meses debido a la pandemia y cuando se vio sin ingresos se metió con su bicicleta a trabajar a Uber Eats y dice que fue una verdadera salvada.

“He escuchado muchos compañeros repartidores decir que la empresa paga muy mal, pero para mí más bien ha sido una bendición, los fines de semana he llegado a hacer hasta cincuenta mil colones por día, en una semana uno puede ganar unos ciento noventa mil colones, plata que si no estuviera en esto, no podría ganar.

“Yo vivo cerca de La Sabana y me salen viajes aquí cerca y también en Escazú, Rohrmoser, el centro de San José, Hatillo, Alajuelita, yo voy a dónde sea. El secreto está en trabajar bastantes horas al día y no rechazar pedidos”, aseguró el repartidor.

Jimmy Caballero era constructor hasta hace unos meses, pero por la situación del covid-19 quedó desempleado.

“En mi familia varios trabajamos como repartidores, vivimos de eso, es el único ingreso que tenemos en este momento. Yo le pongo bastante, trabajo todo el día hasta como a las 4 de la madrugada, solo paro ratos para descansar un poco y comer.

“Muchas veces los clientes nos dan propinas en ciertas zonas como Rohrmoser y Escazú y eso nos ayuda bastante, uno puede sacar treinta y cinco mil de ganancias en un día. Este trabajo es peligroso, a veces le toca a uno ir a lugares feos, a mí me ha tocado agarrarme con pintas para que no me asalten; cuando yo voy por ejemplo a barrio Cuba, al Pochote, no bajo la cuesta, me quedo arriba y le digo a los clientes que tienen que subir a recoger la comida”, relató.

Menos plata

Diego Peñaranda empezó hace año y medio a trabajar en moto con Uber Eats, pero ahora tiene un carro, por lo que también se apunto a hacer mandados con Glovo.

Dice que cuando empezó en esa plataforma hacía viajes en los que le pagaban muy bien, pero eso ha ido cambiando en los últimos meses.

“Hace un tiempo me salían viajes en los que me ganaba dos mil colones, ahora me salen algunos de novecientos colones y así, entonces cuesta más sacar ganancias. Con Glovo a uno lo mandan al súper a hacer compras y a veces se tarda uno hasta una hora buscando todos los productos, entonces pierde uno mucho tiempo.

“Yo últimamente lo que hago es trabajar más que todo en las noches, porque como hay menos carros por la restricción uno se moviliza más rápido, yo he hecho unos cuarenta mil colones en un día”, contó Peñaranda.

Diego dice que en las noches o madrugadas la gente manda a pedir comida o licor a ciertos comercios que son 24/7.

Mario Echeverría tiene una empresita pequeña de turismo, pero la cosa se le complicó por la pandemia, por lo que se puso a trabajar como repartidor. Hace unos días se llevó un tremendo susto porque lo asaltaron mientras hacía una entrega de Glovo.

“Me pusieron una trampa, hicieron un pedido en Granadilla de Curribadat y cuando llegué me estaban esperando para asaltarme, me quitaron dos celulares, como cien mil colones y otras cosillas.

“También he trabajado con Rappi, pero esa es usada por gente, por decirlo así, de ingresos medio o altos, en cambio Uber Eats y Glovo son usadas por todo el mundo; los precios de las tres plataformas están bastante parecidos la verdad”, relató Echeverría.

Mucha competencia

Pero no a todo el mundo le hace gracia que estas empresas acepten a tantos trabajadores ya que el exceso de competencia les ha bajado los ingresos a quienes se dedicaban a entregar pedidos antes de que empezara la emergencia por el coronavirus.

Nicole Salas es vecina de Goicoechea y dice que sus ingresos bajaron muchísimo, lo que la tiene desmotivada.

“Al principio era bueno, pero ahora no porque muchas de las personas que trabajan medio tiempo, por ejemplo, trabajan el tiempo que les queda libre en Uber Eats y les quitan los viajes a las personas que dependen el cien por ciento de eso, los repartidores en bicicleta son los que más sufre con eso.

“Yo tengo ya quince días sin viajes y es porque hay muchos repartidores y no me parece justo porque muchos tenemos familia y necesitamos llevar comida a la mesa”, expresó Nicole.

La Teja consultó por correo a Uber Eats y a Glovo, las dos plataformas más fuertes del país, cuántos colaboradores tenían registrados antes de la pandemia y cuántos actualmente.

La empresa Uber Eats dijo que no puede revelar el dato, pero sí detalló que a nivel global la App experimentó un aumento de 83% en la demanda desde mediados de marzo y abril.

Aunque la plataforma inició solo para compra de comida, en este momento cuenta con más de 350 tiendas diferenciadas, como por ejemplo farmacias, tiendas de conveniencia, floristerías, implementos deportivos y tecnológicos, veterinarias, entre otras.

La empresa Glovo dijo, desde el martes 1° de setiembre, que respondería lo antes posible, pero al cierre de edición de esta publicación, aún no lo había hecho.

Rocío Sandí

Rocío Sandí

Licenciada en Comunicación de Mercadeo de la Universidad Americana; Periodista de la Universidad Internacional de las Américas, con experiencia en Sucesos, Judiciales y Nacionales. Antes trabajó en La Nación y ADN Radio.

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