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Transexual Mairena estaría a punto de ser abuela y su hijo habla por primera vez

En el 2004 marcó historia al lograr que el juzgado le concediera la custodia del chiquito cuando tenía 10 años

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La transexual Mairena, que en 2004 marcó historia al lograr que el Juzgado de Niñez y Adolescencia de San José le concediera la custodia de un chiquito de 10 años (al cual cuidó desde que tenía cuatro meses de edad), hoy ya casi es abuela.

En aquellos años se abrió todo un debate nacional sobre si era conveniente darle un niño a una “travesti” (así se les decía a inicios de los años 2000).

La jueza de familia que llevó el caso tomó la decisión luego de entrevistar al niño, llamado Michael Vásquez, quien pidió quedarse con Mairena “porque se sentía bien” con ella.

Vásquez hoy tiene 25 años y su pareja (quien prefirió que le guardáramos la identidad) tiene un atraso en su período y puede que haga abuela a Mairena próximamente, lo que la tiene muy contenta.

Ella siempre mantuvo a su hijo en el anonimato, lejos del juicio público ya que es un tema que aún levanta pasiones.

Sin embargo, Michael quiso hablar con La Teja y contar cómo ha sido su vida. De hecho, él hace poco habló en público por primera vez de este tema, en una actividad que hubo en el Instituto Nacional de Aprendizaje y dice que se desahogó, que incluso le gustaría dar conferencias para abrir mentes en cuanto a este tema.

Hace siete meses Michael se juntó con un muchacha, ambos vivían lejos de Mairena, pero hace algunas semanas este joven empezó a trabajar cerca de la casa de su mamá, en Purral de Goicoechea.

La feliz suegra todavía no conoce a su nuera, solo por teléfono y por foto, pero pronto se reunirán.

- ¿Cómo fue el día en que Mairena le explicó que era una persona transexual?

No me acuerdo muy bien porque fue hace muchos años. Eso fue a raíz de terceras personas, una gente del barrio. A mí me lo dijeron así, perdone la expresión: “usted es hijo de un playo, usted es hijo de un hombre, su mamá no es mujer". Yo tenía como 9 o 10 años. Sin embargo, yo ya tenía uso de conciencia y no me afectaba lo que la gente pensara.

- ¿Cómo fue para usted esa noticia?

Lo vi normal, prácticamente lo sabía porque mi mamá tenía pene y pechos, pero nunca le vi nada de malo. Mami me dijo que era un hombre, que igual siempre me iba a amar, que son cosas que pasan en vida, que tenía que entender. Me preguntó si me sentía incómodo o a gusto, y como a mí nunca me faltó el respeto yo nunca tuve problemas con eso, y así hasta la fecha. Para mí siguió y sigue siendo mi mamá.

- ¿La decisión de que lo adoptara Mairena le perjudicó en algo en su vida?

Al principio yo me cuestionaba, me decía: “¿Por qué no tuve una mamá y un papá normales?”, pero ya después me di cuenta de que tenía las dos cosas en una sola persona, entonces para qué me iba a cuestionar.

- ¿Tiene recuerdos de sus padres biológicos?

Me acuerdo poco de mi madre en mi niñez, la veía de vez en cuando en juicios y mi mamá (Mairena) me dejaba ir donde ella. Pero mi figura materna siempre fue Mairena. Ya como a los 12 o 13 años dije que los quería conocer, así fue y hoy por hoy me llevo demasiado bien con mi mamá y hermanos, los quiero, les tengo respeto y les doy su espacio.

- ¿Qué recuerda de su niñez?

Para mí fue muy bonita, mi mamá todo me lo daba. Me daba cosas materiales y me hacía sentir bien en casa. Me gustaba comer, jugar videojuegos, jugar bola, ir a la escuela me encantaba. Yo estudié en una escuela privada de El Carmen de Guadalupe, ahí mi condición solo la sabía la directora y los profesores, nadie más, eran muy estrictos. Nunca me molestaron ahí, fue cuando entré al Liceo de Purral que me comenzaron a hacer bullying.

Ya en el colegio me rematé, mi mamá me soltó un poco, comencé a salir con otras amistades, me iba para las pozas, descuidé un toque el colegio y fue ahí donde conocí las malas palabras y la maldad, pues dentro de mi casa nunca lo había visto. Ahí también tenía un compañero que me molestaba mucho, me decía que iba a ser gay, que yo no era un hombre, que me iba a hacer playo igual que mi mamá, pero a lo último se hizo mi mejor amigo.

- ¿Cómo enfrentó el bullying?

Tenía compañeros que me ayudaban a salir de ese “ride”, que me decían que ignorara a ese otro compañero porque alguna vez se iba a cansar de molestar. Dicho y hecho, así fue, un año después ya éramos amigos. El colegio no lo terminé, repetí tres veces sétimo y deserté. Pienso volver a estudiar, entrar al INA, ahorita estoy trabajando en una mueblería haciendo acabados.

- ¿Cómo describirías a Mairena como mamá?

Estricta, cariñosa, respetuosa, trabajadora. No le gusta que yo tenga amistades feas, tenga la edad que tenga siempre es la misma mamá. No me avergüenza, yo la acompaño a todo lado y le digo mami delante de quien sea, no tengo por qué esconderla, me siento orgulloso, siempre que la veo la abrazo, nos llevamos demasiado bien.

Mi pareja me alista el almuerzo y yo voy a casa de mami a almorzar porque me queda cerca. Después de lo que hizo conmigo, lo mejor que ella ha hecho ella es defender los derechos de las personas LGTBI, ayudar a los demás para que se les abra la mente a las personas ignorantes que se van por el morbo.

- ¿Qué le dice a las personas que todavía creen que a los niños adoptados se les puede “pegar” la homosexualidad?

Mientras haya respeto no pasará a más, los gustos sexuales diversos es algo con lo que se nace. Mi primer beso fue en sexto grado, en sétimo ya tenía novia, me gustan demasiado las mujeres. Yo a la comunidad LGTBI no la critico ni la juzgo, la apoyo, no me meto con ellos. Yo siempre ha vivido en ese ambiente con mi mamá y nunca he tenido problemas.

Madre hasta los huesos

Mairena siempre ha sido una luchadora.

Luego de que se le concediera la custodia de Michael, al comprobarse que los padres biológicos lo habían abandonado, y de librar una ruda batalla rompiendo mitos, ella fundó un proyecto que lleva el nombre de su hijo y que se dedica a proteger los derechos de personas menores de edad que son víctimas de la explotación sexual.

Agregó que su fundación ha logrado condenar a extranjeros y ayudar a muchos menores. Además, ella da conferencias y realiza foros y conversatorios para sensibilizar y educar.

“A mi casa han llegado a morir señoras con sida y me dejan los bebitos. Yo me doy a la tarea de buscarles una familia y reintegrarlos. Ahorita atiendo a 10 chiquitos en el centro que mantengo abierto”, comentó Mairena.

Si quiere más información sobre el grupo de Mairena los puede buscar en Facebook como Fundación Michael Vásquez.

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