EscucharLorena Morera tiene 14 años de no recibir agua de la cañería.
Su casa queda en un alto en Boquerón y el líquido no sube hasta su propiedad.
Entonces debe llamar al AyA para que le manden un cisterna, pero esto tampoco es tan sencillo.
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Por ejemplo, el 21 de febrero llamó a las 7:30 de la mañana para que le llevaran agua, pero el camión pasó hasta casi las 7 de la noche. Todo un día sin una gota.
Por eso doña Lorena tuvo que buscar una solución a ese problema. Lo hizo comprando un tanque y una bomba, una inversión cercana al millón de colones.
Eso le evita, desde hace unos tres meses, tener que ir unos 80 metros cuesta abajo para recoger agua con unos baldes.
El AYA le llena el tanque con una manguera y por eso al menos tiene agua en la tubería, pero cuando se queda sin el líquido debe llamar. Eso es cuestión de todos los días.
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“A mi propiedad no sube el agua, pero esta zona de Boquerón es la más olvidada de Atenas, le decimos 'Huequerón'”, dijo.
Sus dos hijos ya son adultos, una mujer y un hombre de 32 y 34 años, muchas veces la muchacha se va para San José sin bañarse, echa la ropa en un bulto y llega al trabajo a usar la ducha.
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“Otras veces, con el agua que hay prefiero que sea mi hijo el que se bañe. Es maestro, ¿cómo va a irse así sin bañarse?”, dijo.
Morera sufre porque no puede regar las matas y por las reuniones que hace con adultos mayores ya que muchas veces descargan el servicio y queda sucio.
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“Yo entiendo que no soy solo yo. Hay otros que también sufren, pero me parece que es falta de organización. Hay lugares de Atenas donde siempre hay agua, pues que les quiten unas tres horas a ellos y la traigan acá. Aunque sea en la noche. Sería feliz”, dijo.
