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(Video) El oficio más antiguo del mundo cambia las calles por las redes sociales

Hoy es el Día Mundial de la Trabajadora Sexual

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El oficio más antiguo del mundo comenzó y se mantuvo por muchos años en las calles; sin embargo, con la llegada de las redes sociales y las aplicaciones para buscar “lances”, las trabajadoras sexuales se han tenido de adaptar a las nuevas tecnologías, a donde ha migrado parte de su clientela.

Este domingo se conmemora el Día Mundial de la Trabajadora Sexual y dos de ellas (una joven y una más madurita) nos contaron cómo ha cambiado su oficio en los últimos años.

Y es que ahora buscar un encuentro sexual en aplicaciones de citas se ha vuelto muy común, ya no es necesario salir a la calle a “enseñar la carne” y llevar frío y aguaceros en una esquina, ahora simplemente se abre un perfil en una aplicación o en Facebook y listo.

Jazmín (nombre ficticio) tiene 24 años y desde hace seis años es trabajadora sexual. Nos contó que ella encuentra sus clientes en Facebook, nada más sube unas fotos sensuales a su perfil personal y listo, los hombres le envían solicitudes de amistad (la mayoría de perfiles falsos), luego pasan al WhatsApp y coordinan la cita.

Y con las fotos no tiene problema porque su familia y amigos saben que Jazmín se dedica a eso. Incluso, sus hijos mayores también los saben (tiene dos de 12 años y una de 6).

"Entré a esto por necesidad, no tenía el apoyo de mi familia. Siempre me he visto sola y a mis hijos y no le pido nada al papá. Un día me fui para un bar, ahí conocí a un señor, empecé y todo esto se fue desarrollando.

"Y déjeme decirle que me siento bien con lo que hago, estoy orgullosa y no me da vergüenza. En estos tiempos no es para que la gente hable y señale, esto ya es libre.

"Esa plata afuera nadie me la va a dar. Mis hijos lo saben y me dicen ‘diay mamá, usted es la que nos ha visto y no la vamos a juzgar’, comentó Jazmín, quien nos indicó que estudió hasta sexto grado de la escuela.

Ella asegura que atiende unos cinco clientes a la semana y que a cada uno le cobra ¢30.000, es decir, gana unos ¢150.000 a la semana. Agregó que con eso sale con todos los gastos de la casa y que por el momento está feliz con lo que hace.

La otra cara de la moneda

Diana tiene 57 años y es trabajadora sexual desde los 21 años, a pesar de su edad no dudó en dar el paso a la tecnología para mantenerse activa.

Ella se maneja por Whatsapp y llamadas de clientes que define como “regulares”, es decir, que continuamente solicitan sus servicios.

Asegura que por estos medios se mantiene más la discreción y hasta el anonimato de quienes buscan sus servicios.

Ella cobra ¢5 mil, ¢8 mil, ¢10 mil, “dependiendo del cliente”. Hay algunos que le pagan hasta ¢15 mil y atiende entre 3 y 4 por semana.

Sin embargo, reconoce que la “competencia está muy dura” y que las extranjeras, especialmente dominicanas y nicaragüenses, se llevan gran parte del mercado.

Diana confiesa que su oficio le dio momentos de opulencia y éxito, pero también los recuerdos más dolorosos.

#DíaInternacionalDelTrabajo Luchamos para que nunca más tengamos que recordar que el trabajo sexual es trabajo y nosotras, mujeres trabajadoras. Ese es nuestro sueño. Y lo haremos realidad ✊🏾

Posted by Redtrasex LAC on Wednesday, May 1, 2019

“Yo empecé en esto para ayudar a mi mamá que estaba muy enferma. Fui bailarina en un night club y masajista, en mi juventud tuve bastante éxito porque era muy bonita. Me casé con un millonario, fue uno de mis jefes, viajé a EE.UU., estuve en España, tuve joyas, lujos y una mansión. Yo de pequeña me crié pobre y quería tener una vida así.

“Pero pagué un precio por eso, mi esposo era vicioso, mujeriego, agresor. Tenía un club y se iba con la chicas y las dejaba embarazadas. Me golpeaba y me mandaba a cada rato al hospital. Me metió en el alcohol y las drogas. Nuestra relación duró seis años porque, yo al principio lo amaba, pero luego no aguanté más”, contó.

En total, Diana se casó tres veces con clientes extranjeros, tuvo tres hijos, todos se los quitaron los papás, a los cuales el PANI les dio la patria potestad. Ahora no ve a sus hijos, solo sabe que están bien.

Durante su tiempo en las calles fue apuñalada, una vez la atropelló un bus y otra ocasión la dejaron desnuda cerca del túnel Zurquí.

Vio a compañeras morir y varias veces tuvo que darle favores sexuales a policías para que la dejaran trabajar y no la “cargaran" en la perrera.

Precisamente un estudio de la Red Latinoamericana de Trabajadoras Sexuales (RedTraSex)realizado en 2016 reveló que más de la mitad de las trabajadoras sexuales ha sido abusada sexualmente por policías.

Hoy, Diana padece de una hernia y reconoce que por su edad, ya va de salida en este negocio. Por eso lucha porque le den una pensión del régimen no contributivo. Ya anteriormente logró que la Caja le diera un seguro para su atención en salud.

“Yo estudié ballet, estuve en la Compañía Nacional. En la UNA estudié canto clásico y pintura en la Casa del Artista, pero siempre vi a lo que me dedicaba como una profesión, y si tuviera oportunidad de regresar los años y de volver a decidir, lo haría de nuevo.

"También disfruté de los mejores hoteles, viajes, avionetas y banquetes. Ahora no me va mal, estoy tranquila, pero los hombres las prefieren más jóvenes, así que pienso seguir unos dos años más en esto y pelear mi pensión. Aquí hay compañeras de 70 y 80 años que necesitan una pensión también”, indicó Diana.

En la lucha por derechos

Nubia Ordóñez es la presidenta de la organización La Sala, la cual representa a las trabajadoras sexuales en Costa Rica, las cuales rondan cinco mil.

Esta organización lleva 25 años operando y cuentan con 350 afiliadas, pero recientemente se quedaron sin local por falta de recursos.

Ordóñez reconoce que las nuevas tecnologías le han generado más clientes a las mujeres que las saben manejar y a su vez han afectado a las que se han quedado atrás, como las que trabajan en la zona roja, en Chepe.

“El WhatsApp es una maravilla, hasta trabajamos por medio de fotografías y videos, ni tenemos que desplazarnos porque trabajamos a pura cámara. Los encuentros se facilitan por medio de estas tecnologías y ambos, cliente y trabajadora, pasan más desapercibidos. Pero esto no ha llevado a que baje la presencia en los burdeles, los clientes allí siguen llegando por montones”, indicó la líder gremial.

Este año las trabajadoras sexuales ticas conmemorarán su día el 4 de junio en un salón comunal, donde realizarán un almuerzo y talleres. Ahora La Sala trabaja en charlas de sensibilización en centros de salud.

"En prevención sí hemos avanzado, el año pasado se realizaron pruebas de VIH a 700 compañeras y solo cuatro salieron positivas, la presencia del virus del sífilis también fue muy baja.

"Sentimos que las mujeres se están cuidando más, pero solicitamos que el Gobierno conforme una comisión que discuta nuestros derechos laborales, como licencia por enfermedad, acceso a la salud, seguridad social, es apremiante”, finalizó Ordóñez.

Retrasex, organización a la que pertenece La Sala, promueve que este oficio no se criminalice ni permanezca bajo un estigma, sino educar a sus agremiadas para que no vivan bajo amenazas ni violencia. El 88% de las trabajadoras sexuales no denuncia cuando es víctima.

¿Cómo nació?
El Día Internacional de la Trabajadora Sexual nació el 5 de octubre de 1975, cuando más de 100 mujeres trabajadoras sexuales ocuparon la iglesia de Saint-Nizier de Lyon, Francia, con el fin de llamar la atención por su situación.

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