Cientos de personas se unieron este miércoles 26 de mayo a la campaña “Frená la ola”, con el objetivo de reducir los contagios por coronavirus.

La iniciativa consistió en que la gente se vistiera con alguna prenda blanca o llevara un bandera de ese color en sus carros para confirmar que están unidos en la lucha por darle freno a los contagios de este mortal virus.

Además, al mediodía las sirenas de los bomberos y las campanas de las iglesias católicas sonaron en honor a esas 3.908 vidas (corte de este miércoles) que se han apagado en el país debido al virus.

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En el Estadio Nacional se llevó a cabo una actividad en la que participaron bomberos y también el sacerdote Sergio Valverde, quien hizo una reflexión para que las personas hagan un esfuerzo extra para frenar la ola de contagios que tiene saturados los hospitales del país.

“Hoy nos toca colaborar a cada uno, con la parte que nos corresponde. Nos unimos al dolor de mamás que lloran por sus hijos y a los hijos que lloran por sus mamás, hemos visto abuelitos llorar y abuelitos ser llorados... nos duele ver nuestros hospitales llenos de dolor y angustia.

“Es momento de actuar... debemos sacar adelante la barca porque si nos hundimos, nos hundimos todos, este es un problema de todos y tenemos que salir todos adelante. A las personas que han perdido seres queridos nuestra humilde oración y que la palabra de Dios los reconforte”, dijo el padre Sergio.

Luego de dar esas palabras el cura cantó su popular y pegajosa canción que dice “sin la mascarilla, hay covid pa’ ti, hay covid pa’ mí”.

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Hacer conciencia

Aunque quizá el apoyo al movimiento no fue el esperado, sí hubo muchas personas que al vestirse se acordaron de la campaña y se pusieron alguna prenda blanca.

Una de las ellas fue Mariam Mora, quien es vecina de San Juan de Dios de Desamparados. Este miércoles ella se puso una chema blanca y acompañó a su mamá a ponerse la vacuna contra el covid-19 en el centro del cantón, a las 10 a. m.

“Vi en Facebook lo de la campaña y quise unirme para hacer conciencia. Sé que los contagios de covid-19 han subido muchísimo y me preocupa, por eso me parece que está bien que la gente se una y muestre su compromiso de hacer un esfuerzo para bajar los contagios usando algo blanco, yo me puse una blusa.

“Algunos dicen que ponerse una prenda blanca no va a bajar los contagios y es cierto, pero esto es solo un símbolo para crear conciencia de que lo que se quiere debe ir acompañado de acciones, como por ejemplo el cumplir los protocolos”, aseguró la joven.

Por su parte, María Rosa Quirós, vecina de Lomas de Desamparados, fue con su nieta, Ericka, a hacer unas vueltas en la municipalidad y también lució una blusa blanca.

“Un vecina me dijo que iban a hacer la campaña y que hasta iban a sonar las campanas de las iglesias, por eso me puse esta blusa. Está muy mal todo lo que está pasando, ese montón de contagios y urge hacer conciencia para que la gente haga caso”.

Y es que ella sabe muy bien lo que es tener el coronavirus cerquita, ya que a su nieta y a otros conocidos les ha dado. Por dicha Ericka salió adelante y aunque se contagió en setiembre pasado, aún tiene una fatiga terrible.

“Esto no es jugando, mi abuelita ya está vacunada, pero aún así todos en la casa usamos mascarilla porque no queremos que se contagie”, dijo Ericka.

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Pero no todos los desamparadeños vieron con buenos ojos la iniciativa, un vecino de Gravilias, quien prefirió no decir su nombre, dijo que con ponerse una camiseta blanca no se cura nadie y agregó que para que la gente respete los protocolos sanitarios se necesita mano dura.

“Deberían multar a la gente que no usa mascarilla, a la gente que no hace caso y a los que van a esos fiestones. Es más, hasta a la cárcel deberían ir a dar los que organizan esas cosas”, expresó.

Llevaron esperanza

Algunas personas fueron más allá y se acercaron a los lugares donde más hay sufrimiento en estos momentos: los hospitales.

El payaso Puchito se fue con una tumbacocos para el CEACO y ahí, junto a varias personas que lo acompañaron pusieron música y también oraron durante unos 40 minutos.

“El país está pasando momentos duros y muchos no entienden, todavía hay gente que dice que la pandemia es un invento. Hoy cuando estaba orando en el CEACO me llamó mi hija para decir que un amigo de la familia murió por covid, esas cosas duelen y demuestran que tenemos que hacer un cambio.

“Después fuimos al Calderón Guardia, llegamos a las 11:45 de la mañana y al mediodía pusimos una sirena para recordar a quienes ya no están. También ahí hicimos oración y fue bello porque muchas personas que iban pasando se quedaron con nosotros rezando; también algunas de las personas internadas se asomaron a la ventana con pañuelos blancos, fue hermoso”, narró.

Los enfermeros también dijeron presente. De la mano del Sindicato Nacional de Enfermería y Afines (SINAE), varios de ellos se reunieron en el parque La Merced de San José y soltaron globos blancos en memoria de las víctimas que perdieron la vida por el covid-19, entre quienes, hay 23 funcionarios de salud que lo dieron todo en la lucha contra la pandemia.

“Lo de hoy es un llamado a la reflexión de las cosas que hemos hecho bien y en las que hemos tenido debilidades, pero sobre todo debemos unirnos para que a través del cumplimiento de las normas sanitarias evitemos más pérdidas humanas por covid-19″, dijo Lenin Hernández, secretario general del sindicato.

Ana Castillo, vecina de La Fundación en Tejar de El Guarco, también se apuntó. Ella dijo que desde que anunciaron la campaña quiso participar y orar por todas las personas que están sufriendo por la enfermedad.

“Si todos pusiéramos de nuestra parte para frenar los contagios y nos pusiéramos la mano en el corazón, podríamos salir adelante. En especial las personas que están más expuestas porque deben salir de sus casas”.

Ella llegó al mediodía a la estación de Bomberos de Cartago para escuchar las sirenas, lo hizo en compañía de su hija, Cinthia Navarro, quien comentó que es un momento de solidaridad y que escuchar las sirenas fue muy emotivo.

Por su parte, William Rojas, jefe de la estación de bomberos de Cartago, explicó que ellos son parte de la iniciativa que busca que la gente haga conciencia de que la pandemia es real.

“Cartago cantón central está siendo muy golpeado en las últimas semanas, pero creemos que podemos darle un giro y frenar los contagios, todo depende de las acciones que tomemos cada uno de nosotros”, explicó Rojas.

Pero no hizo falta salir de casa para apuntarse al pacto, Daniela Portilla Fernández, de 28 años, es orientadora en el Colegio Técnico Profesional (CTP) de Acosta y nos cuenta que ella vivió en carne propia la angustia que provoca el covid-19, ya que su abuelita paterna, de 69 años, estuvo 15 días en una Unidad de Cuidados Intensivos en el hospital Calderón Guardia, experiencia que la identificó aún más con la campaña “Frená la ola”.

“Los orientadores, por la naturaleza de nuestro trabajo, sí tenemos que ir todos los días al trabajo y si bien el CTP de Acosta cumple con todos los protocolos higiénicos, siempre está ese temor del contagio por eso me cuido al máximo, siempre ando careta y mascarilla.

“La campaña me parece genial porque todavía hay muchas personas que no creen y por eso no se cuidan. Al covid-19 no se le puede restar importancia, es real, existe, enferma y mata. En mi núcleo familiar estamos claros que es entre todos que nos protegemos, por eso, no solo los adultos apoyamos la campaña, sino también los más pequeñitos como mi sobrino Elián Mora, quien tiene cinco años”, comentó.

La educadora nos mandó una preciosa foto en la cual sale con su mamá, doña Gabriela Fernández y Elián, o sea, tres generaciones apoyando el potente mensaje de cuidarnos entre todos, todos vestidos de blanco.