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Vocho 'hecho leña' es un chuzo de primera

Un volkswagen transporter modelo 65 pone a babear a quienes lo ven

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El vochito de Tania Umaña se ve hecho leña pero es la envidia de muchos. El carro, un volkswagen transporter modelo 65, conocido como T1 o Kombi, llama la atención por donde pasa.

El chuzo tiene la pintura, la carrocería y el motor originales, pero el vocho soportó quince años de abandono y se llenó de herrumbre. Aun así, Tania lo compró en ¢1 millón, le detuvo el proceso de corrosión, lo lijó, le dio tres manos de pintura satinada y lo restauró. El resultado es un precioso auto clásico que para unos es feo y abandonado y para otros un carrazo de primera.

El carro está puras tejas. Pega 130 kilómetros por hora, sube cualquier cuesta, acaba de pasar Riteve y le hacen rueda en cualquier parte donde esté. Claro, le han metido unos ¢10 millones en cariñitos para tenerlo así de lindo.

La dueña cuenta que esa apariencia de descuido es una tendencia común en Estados Unidos, pero poco empleada en nuestro país. Esa técnica es conocida como ‘rat look’ (apariencia de rata o, digamos, 'arratado') y los verdaderos conocedores de autos quedan babeando siempre que ven el Kombi de Tania.

Los que no saben nada de autos hacen preguntas como: “¿cuándo lo arreglan?, ¿cuándo lo pintan?”. Para ellos, el chucito de Tania es una carcacha y ella no se ofende cuando se da cuenta que piensan eso. “Muchas veces son señoras que no saben nada de autos”. Tania está segura del carrazo que tiene.

Tania se queda con los halagos que los fiebrazos de los motores le dedican al carro. Ellos le preguntan en las señales de altos "¿la vende?" o la piropean a ella diciéndole "¡qué chiva se ve usted en ese chuzo!". Incluso le hacen rueda en exhibiciones sin importar que haya un Ferrari delante de su vocho.

El carro es modificado. Tania lo compró el 3 de marzo de 2015 y desde entonces ha sido restaurado hasta dejarlo como lo vemos: hecho un amor.

Entre las modificaciones que le han hecho están estas: el motor es el original, pero le cambiaron la cilindrada de 1.300 a 1.600, le redujeron la altura con llantas de perfil bajo y suspensión neumática. Incluso, la idea de Tania es que el chasis pegue al suelo. “Le da más personalidad”, explica. En estos momentos solo lo separan de las calles 18 centímetros.

También tiene al frente un cíclope (una luz delantera hecha con el motor de una moto Jaguar del año 58), un aire acondicionado externo al que se le echa hielo para que enfríe el aire y detalles en la carrocería como calcomanías y dibujos hechos a mano alzada con una técnica llamada "pinstriping paint". Es como hacerle un tatuaje a los vehículos.

Tania nos cuenta por qué buscó un vocho: “Quería un carro que me sirviera para mi negocio (tiene una tienda de suministro para tatuadores) para meter cosas, cajas, de hecho pensé en una tienda móvil. Y Daniel Chaves (el mecánico) me dijo que había visto una vocha abandonada en Heredia”.

De un solo se pusieron manos a la obra, lo consiguieron a un precio muy bueno, lo sacaron con grúa y lo restauraron en cuatro meses aproximadamente.

Vídeo del día que la sacaron de la chatarrera:

“Solo ha tenido dos dueños. La primera era una suiza (fallecida) que la trajo de Alemania y ahora yo. Se usó mucho tiempo para transportar a un equipo de fútbol a El Castillo (en San Rafael de Heredia)”, explicó Umaña.

Una vez restaurada, de fiebres Tania y el mecánico jalaron para Guápiles y allí supieron lo que era andar en un volkswagen...

“Falló. Cada cien metros teníamos que esperar un ratico a que se enfriara, pero al final llegamos al destino y regresamos sin problema”, recuerda la joven.

Aquella vez se le hicieron retoques hasta que quedó con el motor puras tejas y hoy el carro llega a cualquier parte.

El vocho –o vocha, como le dice Tania– se roba las miradas a donde quiera que vaya. En la playa, en exhibiciones, haciendo altos. Los surfos y los niños son quienes quedan más fascinados. Quizás es por ese "look" descuidado, que da un aire de libertad.

Umaña tiene otros autos y motos clásicos, que también ha restaurado. Son estos que vemos de seguido:

Franklin Arroyo

Franklin Arroyo

Periodista egresado de la Universidad Federada. Integra el equipo de Nuestro Tema de La Teja. Trabajó en el Periódico Al Día, corresponsal del diaro Marca para Centroamérica y editor de la revista TYT del Grupo Eka.

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