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Los tres hermanitos que fueron rescatados por los vecinos de San Rafael Abajo de Desamparados se quedaran con su abuelita por seis meses más.
El PANI confirmó que la medida se mantendrá a favor de doña Lilliam García, a ella le entregaron los niños de 11, 7 y 1 años desde la noche del viernes, la señora tenía la custodia de sus nietitos desde noviembre del año pasado.
“Mis nietitos están muy tranquilos, han estado comiendo a sus horas y la verdad yo los chineo mucho, no me gusta que me los maltraten y por eso decidí hacer todo lo que el PANI me pidió desde el principio para que los pueda tener conmigo.
"Somos una familia humilde y yo les doy todo lo que pueda. Mi nieto mayor es hijo de otro papá, pero él también me apoya y está de acuerdo con que vivan conmigo, inclusive me ayuda”, dijo la abuelita.
Doña Lilliam asegura que sus nietos no se le despegan desde que volvieron a la casa.
“Ellos dicen que quieren quedarse aquí, juegan, ven televisión, me agarran el celular y se ponen a jugar, ellos reciben mucho cariño, además, yo los mando a la escuela y se sienten felices. Espero que me los den definitivamente”, dijo la mujer.
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El caso se dio el viernes, cuando doña Lilliam pidió ayuda a los vecinos de la calle El Triunfo, del centro comercial Los Higuerones 200 metros al sur y 150 al oeste, frente al bazar El Suyo, pues su hija aparentemente se llevó a sus nietitos desde hacía siete días y ella estaba segura de que los tenían encerrados en ese lugar junto al padre de dos de los nietos.
Doña Lilliam puso hasta una denuncia contra su hija por sustracción de menores y aseguraba que tenía miedo de que los maltrataran como, supuestamente, ya había pasado antes.
Los vecinos rompieron el portón de la casa y entraron en el momento en que también llegó la Policía, eso permitió que sacaran a los pequeños, la madre fue detenida y el papá escapó por los techos, pero se entregó el sábado en la delegación de la Fuerza Pública.
Los niños le dijeron a la abuelita que los tenían encerrados en un cuarto, acostados en el suelo y con cinta en la boca para que si alguien tocaba estuvieran calladitos.
El OIJ allanó la casa donde estaban los niños para buscar pruebas y determinar si la denuncia de la abuelita era cierta.
La investigación contra los padres todavía está abierta.
