Gerardo Adolfo Paniagua, de 46 años, fue asesinado de dos balazos luego de enfrentarse a dos delincuentes que iban a asaltar a su hijo.

Fofo, como le decían de cariño, fue baleado frente a su familia, a las 8:30 de la noche en calle María Auxiliadora, en Gravilias de Desamparados.

Él, junto a su esposa y dos hijos fueron a misa de 7 de la noche en el templo que está a 200 metros de la casa en la que viven, al salir se fueron caminando al Megasúper donde hicieron unas compras.

Al regresar, delante de la pareja iba la hija de 17 años, mientras que atrás el hijo de 20, al muchacho se le cayó un celular Huawei y cuando pretendió levantarlo tenía una arma de fuego en la cabeza, el que lo apuntaba era un hombre que viajaba como acompañante en una moto.

Fofo al percatarse que su hijo estaba en peligro, le lanzó a los antisociales la bolsa que llevaba en las manos, en la que había un galón de leche que recién compraron. El galón al pegar contra los bichos se reventó, en la calle quedó el rastro blanco.

El atacante sin piedad alguna le disparó dos veces, uno de los tiros le dio en el pecho y el otro en el estómago, los bichos huyeron sin llevarse nada.

Los vecinos se asomaron porque además de los tiros escuchaban los gritos de la familia que pedía ayuda. Algunos dijeron que vieron a dos hombres en una moto con cascos oscuros, el de atrás lo describieron como una persona alta y flaca, este fue el que le disparó a Fofo.

Don Gerardo fue llevado a la Clínica Marcial Fallas y luego al Hospital San Juan de Dios, donde falleció poco tiempo después de su ingreso.

Un hombre muy pulseador

Fofo tenía una quesería desde hace tres años, los vecinos lo recuerdan como un hombre pulseador, era el menor de 5 hermanos. El OIJ agregó que él no tenía antecedentes.

Los vecinos lamentaron la terrible situación y dijeron que no ven policías frecuentar el barrio, algo que les preocupa, por lo que muchos han optado por encerrarse en sus casas después de las 7 p.m.

Aseguran que hasta ir a la iglesia les da miedo porque al salir se pueden topar con algún delincuente que atente contra sus vidas, tal como ocurrió con Fofo. Además que la calle tiene poca iluminación.

Rafael Paniagua, hermano de Fofo, dijo que su hermano amaba a la familia y siempre se preocupaba por su bienestar.

“Yo también fui a la misa de la noche, creía que detrás mío venía Fofo. A los minutos de llegar a la casa llamaron por teléfono para avisar. No sé como bajé y me fui (...), lo que me dijeron es que atrás venía el muchacho y adelante la muchacha. En eso al muchacho se le cayó el celular y dos majes en moto le pusieron un arma en la cabeza. Mi hermano lo que hizo fue dejarles ir el galón de leche”, relató don Rafael.

“Esta calle es la que lleva al cementerio La Piedad y que además conecta con la calle principal, a cada rato se ven motociclistas pasar por esta zona, además de que los conductores la agarran para quitarse un poco la presa”, dijo Paniagua.

Agregó que el celular que intentaron robar los maleantes lo compraron hace 22 días.

Un cuñado de Fofo, quien prefirió no identificarse, dijo que lo quería como a un hermano, ya que lo conocía desde hace más de 25 años.

“Fue como mi hermano mayor, yo tenía 10 años cuando él comenzó a salir con mi hermana, tenían 22 años de casados, él siempre se esforzó por darle todo a su familia y enseñarle valores a sus hijos”, manifestó.

Óscar Bermúdez, vecino de la zona, recordó que la esposa de Fofo, Zully Rivera, es lectora en la iglesia, a ella le tocaban las lecturas de este domingo en la mañana; sin embargo, uno de los muchachos que tenía que leer el sábado en la noche le pidió que cambiaran de día, situación por la que la familia fue a esa misa.

Fofo será sepultado este lunes en el cementerio de Desamparados.