“Si la realidad de Puntarenas continúa así, aquí se va armar una matacinga (muchas muertes) terrible. Sin querer ser pesimistas, la realidad no es tan luminosa como nos gustaría, si no hacemos algo esto se puede descomponer más de la cuenta”.
Así de claro fue el director del OIJ, Wálter Espinoza, quien este viernes estuvo reunido con autoridades del Puerto, hablando sobre la ola de violencia que los ha azotado.
El jerarca le pedirá al Ministerio de Seguridad Pública y a otras instituciones puntarenenses, como la municipalidad, unirse para tratar de bajar la alza de homicidios y asaltos en esa provincia.
Además, fue claro al decir que la solución a esta problemática no está en la Policía, sino en las casas, las familias y en las instituciones.
“Nos preocupa muchísimo que hay un grupo muy grande de menores de edad que están ingresando en el mundo criminal en Puntarenas. Los asentamientos en precarios es de donde está surgiendo esta problemática”, mencionó.
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Hace seis años Puntarenas estaba entre las provincias con menos homicidios, pero los números han ido en aumento. En el 2015 cerró con ocho, en el 2016 se dieron 19, en el 2017 fueron 18 muertes violentas, en el 2018 nuevamente fueron 19, en el 2019 se dieron 30 asesinatos y en el 2020 fueron 43 homicidios.
Y cuando apenas estamos iniciando el cuarto mes de este 2021, la provincia ya suma 37 asesinatos, lo cual obviamente enciende todas las alertas.
La mayoría de esos asesinatos han ocurrido con armas de fuego.
Estos casos de violencia se han dado principalmente en el centro del Puerto, en sitios como Chacarita, Barranca y El Roble. Las autoridades consideran que, como son zonas pequeñas, el problema se puede solucionar con trabajos dentro de esas comunidades y con mayor presencia policial.