Ronny Genaro Vallejo Radni estaba a una semana de cumplir sus 15 años y uno de los más orgullosos era el papá de él.
Este padre le dio un regalo con un significado sentimental mucho más grande que material, porque era un obsequio que podría ser para toda la vida.
Se trataba de una cadena y una esclava, las cuales el jovencito usaba con orgullo, sin embargo, estas habrían sido el detonante para que le provocaran una cruel y devastadora muerte en Chacarita, Puntarenas, de donde era vecino.
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Lo último que se supo de Ronny fue cuando le dijo a su familia que iba a salir, las horas pasaron y nunca llegó a la casa, sus allegados se alarmaron y comenzó a buscarlo, pues no era normal que se perdiera así.
Así lo detalló Ana María Radni, tía del muchacho, quien lamenta el daño que le hicieron a su ser querido, un joven al que no se le conocían problemas y solo buscaba tener amigos.
“Él cumplía años el 25 de marzo y el papá le regaló una cadena y una esclava, una semana antes de que sufriera el ataque, parece que se la vieron y eso fue lo primero que le quitaron, aparentemente.
“Mi sobrino andaba todo feliz por lo que le habían regalado, le iban a hacer una fiesta, con mariachi, al parecer ellos ya habían visto lo que él andaba”, recordó la tía.
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En apariencia esas alhajas y el celular los estaban vendiendo en redes sociales, en Nicaragua.
Estas pertenencias no eran importantes para la familia, pero lamentan cómo la ambición de otros fue el detonante por el que perdieron a su ser querido.
Adolescente tuvo un bonito gesto con “amigo” que le habría hecho el peor daño
Al joven lo descuartizaron, su cuerpo fue quemado hasta reducirlo a restos óseos y luego los botaron en los alrededores de Chacarita, Puntarenas.
Una de las últimas acciones que el muchacho realizó fue llevarle un queque a uno de los sujetos que lo asesinó.
“Necesito decirles a los jóvenes que no crean que todos son amigos. La vida de Ronny fue muy corta y, en realidad, los jóvenes (los responsables) eran supuestos amigos de él, eran del mismo vecindario, se criaron juntos, aunque eran mayores, crecieron juntos”, recordó la tía.
En medio de todo el dolor, la familia se queda con los buenos actos que realizó el muchacho, incluso, los que hizo para las personas que le terminaron haciendo el peor daño.
“Cuando había fechas especiales, como la Navidad o el cumpleaños, él siempre le pedía a la mamá que les regalara algo (a los falsos amigos).
“Inclusive, quince días antes (del asesinato), uno de ellos había cumplido años y Ronny le llevó un queque y una coca. Esto es lo más doloroso, porque mi sobrino era un niño con un corazón muy grande, y él quería encajar en el grupo”, detalló la tía, quien no soporta el dolor por la pérdida de su ser querido.
Los encargados de quitarle la vida a Ronny son dos sujetos de apellidos Vega Azofeifa y Matarrita Matarrita, así como un menor de edad.
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A ellos los sentenciaron a 35 años de cárcel para cada uno, y la pena trascendió el lunes 19 de mayo anterior.
Ronny desapareció el 15 de marzo del 2024, entre las 3:40 p. m. y las 8 p. m., en el barrio 20 de Noviembre, Puntarenas.
Su familia lo buscó por semanas, un día antes del cumpleaños encontraron restos y luego el OIJ les confirmó la manera tan traumática en que lo mataron.
La Fiscalía reprochó la forma en la que actuaron los sospechosos.
Los familiares del muchacho le mantienen un altar y no hay día que no recuerden el buen muchacho que tenían en casa y los sueños que quedaron pendientes.