Los familiares de Gerardo Adolfo Paniagua, de 46 años, aún no ven la justicia por el homicidio de su ser querido pese a que ya se cumplieron tres años del lamentable hecho.
A Paniagua lo mataron unos delincuentes el 10 de noviembre del 2018.
Don Gerardo defendió a su hijo al ver que unos antisociales le pretendían quitar el celular en calle María Auxiliadora, en Gravilias de Desamparados.
Él lanzó lo único que tenía en la mano, que era un galón de leche que recién había comprado y los tipos le respondieron con balas.
A la víctima la llevaron a la Clínica Marcial Fallas y luego al Hospital San Juan de Dios, donde falleció.
Doña Zully Rivera, esposa de Fofo, como le decían a su marido, ha ido varias veces a la Fiscalía de Desamparados para preguntar por los avances del caso, sin embargo, por la pandemia no la dejan ni siquiera pasar del portón.
En las oficinas de prensa del OIJ y del Ministerio Público confirmaron que tienen un sospechoso de apellidos Madrigal Phillips, sin embargo, no trascendió cuándo ni dónde lo detuvieron.
Incluso Zully señaló que para ella era una sorpresa ya que las autoridades no le habían informado nada de ese sospechoso.
“Lo único que sé es que el caso está en la Fiscalía de Desamparados, uno va y pregunta pero dicen que hasta que nos llame un juez... nosotros no tenemos un abogado privado, el caso nos lo lleva un abogado público y la fiscalía”.
Agrega que el peor temor es que los desalmados que le quitaron al hombre con el que compartió más de 20 años de su vida le hagan daño a otra familia.
“Mi hijos me preguntan cómo va el caso del papá de ellos, pero no les tengo respuestas, esto es muy duro, el sufrimiento nunca nos va a pasar y ahora con la pandemia se ve como imposible que la justicia llegue pronto, de echo hace poco fui y pregunté, imagínese que lo atienden a uno en el portón, uno está manos arriba, no puede hacer mucho.
“Le pido a Dios que estas personas (delincuentes) no le vayan a hacer daño a otros hogares, mis hijos y yo siempre esperamos una llamada con el avance de la investigación”, expresa.
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Un día a la vez
Asegura que muchas veces se resigna y piensa que la justicia nunca llegará.
“Nada de lo que yo haga me va a devolver a mi esposo y si me pongo a pegar gritos y pelear contra el mundo entero es como pelear contra la corriente, no es que me conforme, el dolor lo llevaré hasta que me muera, esto es un sufrimiento a diario”, menciona.
La señora nos contó cómo han logrado salir adelante de un dolor tan fuerte.
“Solo Dios es quien nos mantiene y sostiene, pero por supuesto que uno espera la justicia terrenal”.
Las navidades no volvieron a ser lo mismo para esta familia, pero doña Zully, como jefa de hogar, trata de celebrarla por los demás seres queridos que la rodean.
“Se celebra porque tengo hijos, a mis papás y hermanos no nos queda otra que seguir, pero nunca será lo mismo, porque el dolor es de todos los días, en estas fechas es mucho más difícil, porque es cerca de cuando murió (noviembre 2018) y de la Navidad”.
Evita salir de noche
El trágico día, un sábado a las 8:30 p. m., a Fofo lo mataron frente a su familia. Todos venían saliendo de misa y fueron al supermercado.
Cuando regresaban a casa, los esposos iban juntos y delante de ellos sus hijos; al muchacho se le cayó un celular y cuando pretendió levantarlo tenía un arma de fuego en la cabeza, el que lo apuntaba era un hombre que viajaba como acompañante en una moto, fue en ese momento que el papá reaccionó.
Zully lo vio todo y por eso desde entonces ella evita salir en la noche, tampoco le gusta andar a pie.
Ella dice que no hay un solo día que no piense en sus hijos y en la inseguridad que sigue llevándose a personas inocentes y trabajadoras, como su esposo, que fue un comerciante dedicado a la venta de quesos.
Los restos de don Gerardo descansan en el cementerio de Desamparados.