Fiscal afirma que cura expuso a sobrino y pide 8 años y seis meses por abandonarlo en desierto

“Abandonó al niño a su suerte, en un lugar remoto, inseguro y de clima impredecible. Con altas temperaturas hasta 38 grados centígrados, hay cascabeles, el terreno es árido y hay otro tipo de animales peligrosos”.

Así lo señaló Paula Aragón de la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes en las conclusiones del debate que se lleva contra el sacerdote de apellidos Brenes Villalobos acusado de los delitos de tráfico ilícito de migrantes, en la modalidad de tráfico de nacionales y abandono de incapaz.

Por estos hechos pidió una condena de 8 años por tráfico de migrantes y 6 meses por abandono de incapaz.

La solicitud de pena la realizó la mañana de este lunes 22 de mayo en la sala 7 del Tribunal Penal de San José.

Aragón señaló que la investigación contó con pruebas como los oficios de boletos, videos en el aeropuerto e información de que el niño no contaba con visa.

Así como los mensajes de texto que mantuvo el imputado con la mamá del niño.

Aragón señaló que durante la investigación no vio una relación de cariño, de amiguismo o de familiaridad, sino que se ve como un ambiente frío entre el niño y el acusado.

“A criterio de esta representación se puso en peligro la integridad de este niño”, dijo la representante del Ministerio Público.

Afirmó que el sacerdote más bien se habría aprovechado de su condición

“Si tanto le importaba la salud y la seguridad del menor, ¿por qué no sé quedó viendo al niño (en el desierto)?”, manifestó la fiscal.

Dijo que el imputado se fue en un autobús y hasta las dos horas después le avisaron que el niño fue encontrado.

“Una persona que de verdad está preocupada la salud de ese menor se hubiese quedado ahí”.

“Un tío preocupado se queda y trata de ver cómo queda”, manifestó.

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Terminó diciendo que el cura no fue forzado, que actuó bajo su propia voluntad, además de que el niño tuvo suerte de ser hallado con vida por un oficial de fronteras.

El niño costarricense fue hallado solo en el desierto de Arizona, Estados Unidos, al norte de la frontera con México, el 21 de junio de 2018.