La familia del finquero asesinado en La Palmita de Naranjo en Alajuela, para robarle, asegura que se siente destrozada, ya que les arrebataron a un hombre trabajador, humilde y muy amoroso.
Víctor Manuel Rodríguez Barrantes, de 56 años, fue encontrado amordazado y atado de pies y manos, el pasado domingo 7 de febrero en horas de la madrugada.
Su hermana, Lidilia Rodríguez, nos contó que por más que tratan de asimilar la noticia les ha sido imposible, pues aseguran que su hermano no merecía morir así.
“Él era muy cercano conmigo, en el pueblo la gente está muy consternada porque él ha vivido ahí toda la vida. Él se dedicaba a sembrar de todo en la finca y ahorita estaba sembrando cubaces. Yo hablé con él por última vez el jueves, siempre pasaba muy pendiente. A veces él no escuchaba el celular, pero yo lo llamaba hasta que me contestara”, dijo la hermana.
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Don Víctor tiene nueve hermanos, quienes pasaban al pendiente de él más que de los otros porque a los 15 años sufrió un accidente. Un carro lo atropelló cuando viajaba en bicicleta y las heridas fueron tan graves que los médicos le dijeron que si sobrevivía quedaría en estado vegetativo de por vida.
Aunque doña Lidia asegura que su hermano tenía algunos problemitas, era un hombre muy valiente que luchaba pese a todo por salir adelante.
“Él vivía solo en la finca, era soltero y tenía dos viviendas en una vivía él y la otra la alquilaba a gente que llegaba a trabajar en la zona. Él no tenía esposa, así que no sabemos por qué el OIJ dice que sí (estaba casado). El asunto es que mi hermano era muy bueno y le daba posada a la gente y la señora que lo encontró es una nicaragüense que se estaba quedando ahí”, dijo.
La extranjera salió a las dos de la mañana del brete y cuando llegó a la casa le pareció muy extraño que estaba cerrada con un candado y una cadena. Además la radio estaba encendida y con el volumen muy alto. Ella fue a la casa de la par y también estaba cerrada con una aldaba y un candado, por lo que pidió ayuda.
“A mi hermano nos lo mataron, en la casa quedó el gallito que se había preparado a medio terminar y el cafecito, fue demasiada la maldad, estaba en uno de los cuartos que le alquilaban los tres nicaragüenses que tenían poco de vivir ahí”, dijo la hermana.
Según Rodríguez, sus familiares sospechan que los nicaragüenses fueron quienes le quitaron la vida a don Víctor, pues se llevaron todas sus pertenecías y también la billetera de su hermano con su documentación y ¢600 mil colones, una sierra, una motoguadaña, una olla arrocera y una pantalla, además un cilindro de gas que dejaron tirado a medio camino.
“Uno de los inquilinos dijo en su trabajo, en una finca de papa, que era el último día que trabajaba porque el sábado se iba para Nicaragua, por lo que creemos que ya todo estaba planeado. Además, los vecinos vieron un taxi salir de la finca por lo que ojalá ese taxista se ponga la mano en el corazón y les dé una pista a las autoridades, o si a alguna persona le llegan a vender algo de lo que se llevaron dé la voz alerta.
“Nosotros necesitamos que se haga justicia y se detenga a esas personas que nos hicieron este daño”.
Don Víctor será despedido este martes 9 de febrero, la misa será en la iglesia de La Palmita en Naranjo a las dos de la tarde y lo sepultaran en el cementerio de Zarcero.