El caso por el doble homicidio de la abogada Carolina Herrera Alvarado, de 44 años, y su novio, el ganadero Edwin Montoya Araya, de 42, dio un inesperado giro que podría ser clave para resolver el misterio detrás de sus muertes.
Se trata de una declaración dada, recientemente, por una testigo, quien aseguró escuchar una conversación muy extraña, que podría ser vital para descifrar quiénes ordenaron y ejecutaron el crimen.
La declaración apareció en un momento clave, pues anteriormente, la Fiscalía de Osa dio a conocer que se había ordenado el archivo fiscal de la causa, debido a que, pese a las diligencias realizadas, no había sido posible individualizar a los sospechosos del doble homicidio.
Joseph Rivera, abogado que representa a una hermana de Edwin, aseguró que la participación de esta testigo, prácticamente, revive el caso, lo que llena de esperanza a la familia de Montoya.
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“Mi representada está muy contenta, porque el caso dio un giro de 180 grados; un caso que estaba totalmente perdido y archivado, ahora vuelve a tener un respiro, una luz al final del túnel, entonces eso los tiene muy motivados”, destacó el licenciado.
El doble homicidio ocurrió la noche del 7 de enero del 2024, cuando el carro en el que viajaban Edwin y Carolina fue emboscado por sujetos armados en la entrada de la finca en la que vivía la abogada, en Jalaca de Palmar Norte, en Osa.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) dio a conocer que los cuerpos de la pareja quedaron a ambos lados del carro y presentaban múltiples impactos de bala.
Conversación extraña
En cuanto a la declaración clave dada por la testigo, esta fue brindada el pasado 16 de julio ante el OIJ, y en la misma ella hace referencia a una extraña conversación que escuchó entre un allegado de Montoya y otra persona, que se dio a eso de las 2 a.m. del 8 de enero del 2024; es decir, pocas horas después del doble homicidio.
“Salió a realizar una llamada, desconozco a quién, y lo que escuché fue que (el allegado de Montoya) llorando dijo: ¿Por qué me mintieron? Que no iban a hacer daño y lo hicieron".
La testigo también se refirió a unas supuestas amenazas que ese mismo allegado habría realizado un año antes del crimen.
“En otras ocasiones, para el año 2023, no preciso el día ni el mes, él dijo que iba a matarlos (a Edwin y Carolina), lo cual en el momento sentí como una amenaza”.
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Al consultar al abogado que representa a la hermana de Montoya, este explicó que fueron ellos mismos quienes se encargaron de llevar a esa testigo para que diera su declaración.
“Hay una testigo que declaró y dijo que ella sabe cómo está el teje y maneje y, lamentablemente, la Fiscalía no le había tomado la declaración, por lo que nosotros tuvimos que llevarla con nuestros medios para que este caso camine, porque si no esto hubiera quedado impune”.
Rivera también mencionó que, según el expediente judicial, por medio de varias diligencias, el OIJ habría determinado quiénes serían las personas sospechosas detrás del doble homicidio de la pareja.
“Existe un informe del OIJ que dice quiénes habrían sido las personas que planearon el atentado contra los ofendidos, entonces no sé qué más pruebas necesita la Fiscalía”.
Cambio de fiscal
Rivera reveló que el pasado miércoles él, en representación de la hermana de Edwin, presentó una recusación ante el fiscal adjunto de Osa para que el fiscal auxiliar a cargo del caso sea separado y sustituido.
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En el documento presentado, el abogado alega que el fiscal auxiliar habría emitido una resolución de archivo prematura, sin agotar diligencias claves para el caso, como apertura de teléfonos, rastreos de radio bases y entrevistas a testigos esenciales.
“Esta conducta refleja un interés directo en cerrar la causa sin agotar los medios investigativos, lo que afecta el derecho de la víctima a una investigación exhaustiva”, señala el documento.
Además de solicitar la separación del fiscal del caso, en la recusación, Rivera también pidió que se designe a un fiscal distinto, preferiblemente de la sede central de San José, con experiencia en homicidios complejos y capacidad técnica para agotar las diligencias pendientes.