Marielys Miranda, hija mayor del matrimonio sepultado por un deslizamiento en Calle Matamoros, Piedades Sur, San Ramón, solo logró rescatar un par de chancletas de su padre, Eddy Miranda Hurtado, de 40 años.
Marielys sobrevivió al terrible deslizamiento que ocurrió la noche del sábado 4 de octubre anterior, pero en ese suceso perdió a toda su familia. La joven rezaba para que le quedara alguno de sus familiares.
La joven recuerda que su hermana Edith, de 9 años, ese día estaba muy diferente, pues andaba apartada e incluso se durmió antes.
“Mi hermana lloraba cuando mi mamá le quitaba el celular, esa noche le quitó el teléfono y ella, como si nada, se fue acostar y se durmió temprano”, recordó la sobreviviente.
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Tenían 10 minutos de haberse acostado, cuando el fuerte estruendo en medio del aguacero le avisó a ella que algo les había ocurrido; en ese instante, se quedaron sin electricidad, porque la tierra cayó encima de un cuarto y de un panel. Entonces, se alumbraron con el foco de un celular.
“De los nervios, yo empujaba la puerta para afuera en vez de jalarla hacia adentro, prendimos la linterna y alumbramos hacia el cuarto en el que mis papás y mi hermanita dormían, y vimos que toda la pared estaba encima de ellos.
“Yo decía: ‘Cómo es posible que toda mi familia esté aterrada’. Luego grité: ‘¡Papá, mamá!’. En eso, escuché tres quejidos de mi papá, luego se vino otro derrumbe y cayó más tierra sobre ellos, ahí supimos que no había nada que hacer. Todavía estando adentro, le pedía a Dios que nos dejara salir (ella, una prima de nombre Maritza y un amigo del papá de nombre Guillermo) para que me quedara alguno con vida. Pensaba en mi niña que tenía todo el futuro", describió Marielys.
Asegura que en un momento pensaron que se iban a morir, porque la tierra no dejaba de caer y seguían encerradas.
“Maritza me decía, arrimate a la verja, aquí tenemos aire, pero en mi mente tenía claro que si caía más tierra, la presión de esta nos iba a quitar la vida. Cuando el muchacho (se refiere a Guillermo) logró abrir, me tiré por unos alambres; no sé cómo no me hice daño. Iba por un guindo, hasta descalza iba saliendo y no sé cómo me encontré las chancletas de mi papá; fue lo único que pude sacar de ellos”, expresó la muchacha.
La joven corrió unos 800 metros por un camino sin nada de iluminación y era muy resbaloso por la tierra y la gran cantidad de lluvia.
“Corrí hasta una casa de un vecino, al que le decimos Chepe, y le conté lo que había pasado. También corrí a otra casa de un amigo de mi papá, ellos se devolvieron con palas buscando a mi familia”, exclamó la joven.
Presagio se convirtió en terrible pesadilla
Las sobrevivientes del deslizamiento que cobró la vida de un matrimonio y su hija menor recordaron el presagio que, horas antes de la tragedia, les dijo Marlene Romero.
“El sábado por la tarde le dijo de broma a mi mamá: ‘ustedes van a quedar aterrados ahí, yo vivo pensando en ustedes’, seguro presentía algo, nosotros lo tomamos en broma y nos pusimos a reír, y mi mamá le dijo: ‘pues nos venis a desaterrar’, y ya ve lo que pasó”, recordó Marielys Miranda, hija mayor del matrimonio fallecido.
Esta fatalidad ocurrió la noche del sábado 6 de octubre anterior, en calle Matamoros en Piedades Sur de San Ramón, Alajuela.
Murieron Eddy Miranda, de 40 años; Karla Romero, de 36 y Edith Miranda, de 9 años; padres y hermana de Marielys, respectivamente.
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Este lunes Marielys estaba sentada en un sillón y recordó los últimos tres quejidos de su papá y al final solo pudo sacar un par de chancletas que eran de su ser querido y las que ella pudo ponerse para correr e intentar pedir ayuda.
“Quisimos sacarlos, pero se vino otro derrumbe y cayó más tierra sobre ellos, vimos que no había nada más que hacer, estando adentro le pedía a mi Dios que nos diera la oportunidad de salir y buscar ayuda, porque tenía la esperanza de que saliera alguno con vida”, dijo Marielys.
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La hija mayor había llegado a Costa Rica hace cinco meses para reencontrarse con sus padres y hermana menor
“Mi papá me dijo unas palabras muy bonitas ese día, nunca las voy a olvidar y siempre las llevaré en mi mente, a mí me cuesta dar una palabra de afecto, me dijo: ‘mi niña, ¿por qué estás triste?’, le dije que quería trabajar y me contestó: ‘yo tengo trabajo, su mamá también, de qué te preocupas si nos tienes a nosotros, sabes que mientras nosotros estemos no tienes que preocuparte de nada, tienes a tus padres todavía’, pero lamentablemente ya no es así“, dijo Marielys.