Patricia Segura le pide todos los días a Dios que tenga misericordia de su hijo y lo saque adelante de la difícil situación que está pasando.
Andrey Morales Segura, de 27 años, recibió un balazo en la cabeza el lunes pasado en la madrugada, en las afueras del bar El Pilón, en San Rafael Arriba de Desamparados, donde estaba trabajando como cuidacarros.
Desde ese día ha estado luchando por su vida en la unidad de Cuidados Intensivos del hospital San Juan de Dios.
“No he podido verlo porque no aceptan visitas donde él está, sigue sedado y los doctores dicen que el pronóstico es muy reservado porque está muy delicado. Yo le pido a Dios que se haga su voluntad y que tenga misericordia de mi chiquito”, contó la mamá del joven.
“A él lo operaron el mismo lunes y los doctores están esperando para ver si hay alguna mejoría en su condición, tenemos que tener paciencia y esperar la voluntad de Dios”, agregó.
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El día del ataque, la Policía Judicial informó que en apariencia dos maleantes llegaron al bar a eso de la medianoche y estuvieron allí unas dos horas. Al salir atacaron a Morales y le pidieron sus pertenencias, pero él se negó y hubo un forcejeo en el que uno de los asaltantes le disparó al cuidador.
Sin embargo, los familiares del muchacho creen que la situación fue diferente ya que sospechan que Morales fue víctima de un ataque directo por parte de unos hombres que habían tenido un problema con él horas antes del intento de homicidio.